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Fiesta por todo lo alto en Donostia

Los jugadores realistas convierten el lunes en el mejor día de la semana

Hoy muchas personas intentarán recordar cuándo vivieron un lunes tan agradable como el de ayer. Acostumbrados a disfrutar a tope del fin de semana -los que pueden-, el primer día de la semana siempre suele ser el peor. Ayer, sin embargo, este día tan odiado por tantos se convirtió en el mejor. Y con razón.

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Imanol CARRILLO

Eran las 17.15. Parecía que el tiempo no quería ayudar en el festejo de la Real con su público. El sirimiri del principio de la tarde se convirtió de repente en un chaparrón de los pies a la cabeza para poco después dar paso al sol, que no se quería perder el gran día. El agua del cielo no fue obstáculo para que miles de aficionados se sumasen a la fiesta y se amontonasen poco a poco en la puerta principal de Anoeta para esperar la salida de sus ídolos.

Los minutos pasaban. La gente comenzaba a impacientarse hasta que, de repente, la puerta se abrió y los más jóvenes, acompañados por sus padres y madres, comenzaron a gritar de locura. Por la puerta asomó un autobús rojo. Los jugadores de la Real, vestidos con el traje formal, asomaban por la parte superior del vehículo descapotable. Más atrás, otro autocar ponía el toque musical con un disc jockey, varias bailarinas y una batucada.

La multitud hizo un pasillo al autobús en los primeros metros de trayecto. Aún quedaba un largo pero hermoso recorrido. Con Martín Lasarte al frente, la plantilla txuri urdin saludaba a sus seguidores con bufandas de la Real al son del «Goazen Erreala, goazen txapeldun» y hasta los más atrevidos se tomaban unas cervecitas por el camino. Alguno de ellos, además, entre trago y trago también tuvo ocasión de bañar de espuma a las masas que aguardaban en las aceras. Fue el caso de Griezmann. Todo estaba permitido.

Los seguidores esperaban impacientes en los bordillos. Cada gesto que hacían sus ídolos era grabado por las cámaras de vídeo o bien recogidas en instantáneas que quedarán en el recuerdo para toda la vida.

A las 18.20 el autobús se encontraba en la calle Easo, donde el parque de bomberos recibió a la expedición realista con las sirenas y las luces de sus camiones encendidas.

Siguiendo el itinerario previsto, los aficionados se pegaban al autobús para llegar con él hasta el Ayuntamiento donostiarra hacia las 19.00. Después de la foto de protocolo y el aurresku, comenzó el verdadero espectáculo en el balcón del Consistorio con los cánticos de los jugadores ante cientos de aficionados congregados en Alderdi Eder.

Zabaleta, en la memoria

Aunque les costó más de la cuenta. La noche anterior fue muy larga para ellos. Las voces roncas les delataban y tardaron varios minutos en coger el micrófono. Xabi Prieto abrió la veda gritando el «Camarero, camarero. Una de champiñones». Los hinchas siguieron el cántico a la perfección.

Bonito, precioso fue el gesto de Iosu Esnaola al recordar a Aitor Zabaleta, víctima del fascismo hace 12 años. «Hoy falta alguien entre nosotros que no hay que olvidarse de él. Aitor, Aitor, Aitor Zabaleta...», cantó el defensa oriotarra.

Mikel González sacó su vena punk y con voz algo ronca gritó al aire aquello de «¡Porque esto que lo hemos vivido no nos lo va a quitar nadie! ¡Nadie!». De la Bella aprovechó para saludar a su familia, que se encontraba entre el público, y cedió el micrófono a Zurutuza con un «esta gentuza, está con Zurutuza».

El de Hendaia se desmelenó y se refirió a Jokin Aperribay con el ya tradicional «Aperri quita las pistas...». Songo´o, por su parte, recordó su ascenso con el Zaragoza, pero reconoció que «no hay comparación», realzando al público guipuzcoano.

Tras el parón en el Ayuntamiento, la expedición se dirigió a la Diputación, donde el bertsolari Andoni Egaña les cantó unos bertsos refiriéndose al orgullo que siente Gipuzkoa con sus jugadores. Cada miembro de la plantilla recibió una txapela como premio, aunque la talla única dio problemas a alguno que otro a la hora de ponérsela. Todo eran risas. Un jolgorio que tenían previsto seguir hoy por todo el herrialde, aunque los actos se han suspendido por la alerta de lluvia anunciada para los próximos días.

Toda Gipuzkoa esperará con ansias la llegada de sus ídolos, unos héroes que ya forman parte de los corazones de todos los guipuzcoanos.

Con la camiseta del Unión

Una vez más, los miles de aficionados de la Real se pusieron su camiseta blanquiazul para recibir a sus jugadores. Pero también se pudo ver a una joven seguidora del Real Unión con la prenda del conjunto irundarra.

Saludo de los bomberos

A su paso por la calle Easo, la expedición txuri urdin fue recibida por otra gran oleada de aficionados. Además, los bomberos que esperaban al autobús recibieron a los jugadores con las sirenas y las luces de sus camiones encendidas.

Txapelas como premios

El diputado general de Gipuzkoa, Markel Olano, y el diputado de Deportes, Iñaki Galdos, entregaron a cada jugador una txapela con su nombre y apellido, el número de su camiseta, además de las palabras «Zorionak. 2009-2010».

Suspendida la fiesta de hoy

Los festejos que estaban preparados para hoy por toda Gipuzkoa se han suspendido por alerta amarilla. Las previsiones de la Dirección de Atención de Emergencias son de más de 60 litros por metro cuadrado acompañadas por tormentas y fuerte granizo.

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