Estreno de la zarzuela «Mirentxu»
«No quería pecar de plantear el trabajo como un desfile»
Miriam Okariz
Diseñadora de moda
Desde su primera colección en solitario, en 1996, en la Pasarela Gaudí de Barcelona, sus colecciones han estado presentes en Colette (París), Urban Outfitters (Londres), Fibo (Tokio) o Barneys (Nueva York). Ahora a esta conocida diseñadora bilbaina le ha llegado su debut en el mundo de la escena.
Itziar AMESTOY | GASTEIZ
Los personajes de la revisada versión de «Mirentxu», la zarzuela compuesta por Jesús Guridi con libreto de Alfredo de Etxabe, se «instalan» mañana en el bilbaino Teatro Arriaga con las voces y la presencia en escena de María Bayo, Marifé Nogales, Andrea Gorrotxategi, Christopher Roberston, Fernando Latorre y Axier Sánchez. Su imagen tendrá el «toque» de Miriam Ocariz en sus trajes. Es la primera vez que la diseñadora trabaja para el mundo de la interpretación.
Nos encontramos ante primera incursión en el mundo de la escena. ¿Cómo la ha vivido?
Ha sido una experiencia muy distinta para mí, nueva, muy enriquecedora y complicada. El planteamiento de la idea, del concepto, lo tienes más o menos claro cuando ves la escenografía. Pero luego todo el trabajo del grupo en escena, con todos los personajes, es una forma de trabajar muy distinta a la mía. Al principio te desborda, pero luego, cuando lo he visto dentro de escena, me ha encantado. En mi caso, tienes el nervio de que no estás acostumbrada a trabajar de esa forma. El trabajar con actores, con la música, con la escenografía, el ver dirigir a Emilio (Emilio Sagi, director de escena), el ver ensayar y luego verles con la ropa...; en resumen, una experiencia maravillosa.
¿Y las dificultades?
Uno de los temas es que hay ciertos recursos que tienes que utilizar, que son más teatrales, que hasta no les ves moverse en el escenario no puedes meter. Tienes un esquema, una imagen, un vestido; pero, de repente, las chicas se mueven mogollón, se tiran al suelo. Entonces, tienes que inventar formas de resolver el movimiento para sea natural. Hasta que no lo ves en la escena real es como que tienes el trabajo hecho, pero que aún no lo tienes terminado.
¿Ha tenido que introducir muchos cambios para adecuarse a la puesta en escena?
Han sido mínimos. Lo que pasa es que te cuesta dar con las soluciones que no te entorpezcan la imagen y con las que estén cómodos. Hay mucho movimiento y elementos con los que te cuesta dar. Cuentas con ello, porque sabes que el teatro no es un desfile. Era otra de las cosas a las que tenía miedo: no quería pecar de plantearlo como un desfile. Hasta que no lo ves en escena, no te exige soluciones que las ves in situ.
¿Qué le motivó a iniciar esta nueva aventura?
Me lo propuso Emilio. En principio es un orgullo que cuenten contigo. Cuando vi el primer día la ropa, con la escenografía y la música, me emocioné un montón. El reto de poder hacer un vestuario para el Arriaga me parecía maravilloso. La verdad es que me lo pensé mucho, porque en mi trabajo no hay parones y es muy intenso. Me asustaba, porque al no haberlo hecho nunca no sabía lo que me iba a suponer. Te tienes que exigir a tope, más cuando lo ves en escena y lo quieres mejorar, siempre estás mirando los mínimos detalles.
¿Qué se va encontrar en el vestuario de «Mirentxu»?
He trabajado mezclando tres ideas principales. Primero, investigación de la indumentaria. A través de fotografía, la mayoría en blanco y negro, y la pintura, me he fijado en la época del siglo XX y finales del XIX. Por otra parte, y sobre todo, mi experiencia como vasca. La sensación más espontánea y natural. Y, por último; mi experiencia como diseñadora, mi estilo y mi forma de ver la moda. Lo que he hecho ha sido mezclar todos los elementos y hacer una imagen más contemporánea.
¿En qué se traduce este planteamiento?
Hay mucho cuadro verde y negro del kaiku, pero trabajado de otra manera. Lo elegí, porque con la escenografía quedaba muy bien. Luego está el trabajo de Mirentxu, que es el personaje más importante. Le di mucha importancia al color, porque la escenografía es muy austera, hay mucha naturaleza verde. Por un parte, me planteaba su fragilidad y delicadeza, el que está enferma y, por otro lado, la sensación de algo muy natural, humano, básico. Por eso elegí un color carne tirando a rosa. También hay una gran parte de los volúmenes. Faldas; una especie de delantal, pero con unos bolsillos muy extraños que crean otros volúmenes. Una sensación de pañuelo que no es pañuelo, pero que hace de corpiño. Juego con elementos que se utilizaban, pero cambiados, dándole otra imagen.
¿Resulta visible su marca personal?
Sí, para eso es importante el resultado final. En el coro masculino, mezclo el kaiku en los pantalones con camisas blancas y con chaquetas clásicas de punto, pero de ahora metidas por dentro. El juego de los colores también es muy importante. Las mujeres van con tejido de kaiku, pero son unos buzos muy anchos, que mezclan el buzo de trabajo con una silueta muy geométrica. La geometría y la austeridad son elementos fundamentales, los puntos de partida. Hay mezcla de colores, de estilos, pero siempre dentro de una imagen bastante limpia.
¿Hay alguna libertad que ha encontrado en el teatro que no ofrece una pasarela?
En el sentido creativo, es otro ámbito que me ha permitido un montón de libertad y un montón de rigor. Es parte del planteamiento. Lo que me gustaba mucho es tener un punto de partida claro. Tener que enfocar mi trabajo, mi visión, a algo muy concreto. En momentos te hace contenerte y en otros, disfrutar un montón. Me parece importante tomar referencias, investigar, pero luego me he sentido muy libre y me han dado mucha libertad. El trabajo creativo tiene el interés de hacer lo que te sale de una forma espontánea y luego otra parte de rigor. Haces algo de forma espontánea pero luego hay que observarlo, dejarlo reposar. Hay que verlo en conjunto. De repente, con sesenta personas en escena haces una imagen plástica.
Visto el resultado y ya una vez finalizado todo, ¿le quedan ganas de repetir en el mundo de la escena?
Como ha sido la primera he pasado muchos nervios. Pienso que la segunda lo haría mucho mejor.
«Mirentxu» ikuskizunak ehun urteko ibilbidea ospatu du aurten. Musikaren egilea Jesus Guridi Gasteizko musikaria zela, eta libretoaren egilea, Alfredo de Etxabe, 1910eko maiatzaren 31n estreinatu zuten,
Campos Eliseos antzokian. Honakoan Arriagan ikusgai den ekoizpena, ordea, Etxabek egindako beste libreto batean oinarritzen da. Bigarren honetan, Jesus Maria de Arozamenarekin elkarlanean aritu zen, Ramon Lazkanok egindako edizio kritikoan. Zarzuela honek euskal operaren urrezko aldiari hasiera eman zion. I. A.
¿Como está el panorama de la moda en Euskal Herria?
Hay mucha creatividad, siempre salen muchos diseñadores. Como no hay industria de moda, es muy difícil empezar. Al final, es un mundo muy rápido en el que hay mucha competencia. Para cualquier necesidad que tengas tienes que salir fuera.Tampoco hay muchas escuelas muy preparadas para todo lo que rodea a la moda, que al final son muchas cosas: especialistas, tejidos, florituras...
A pesar de ello, usted ha decidido seguir viviendo y trabajando en Bilbo. ¿Por qué?
Son las circunstancias de la vida. Empecé muy poquito a poco. Daba clases en una escuelas, empecé con mi colección pequeña, fue creciendo. De repente te das cuenta que ya tienes como una estructura hecha y no tienes la necesidad de moverte porque estás bien. Al principio me volvía loca, porque es viaje para aquí y para allá.
¿En que proyectos se encuentra metida hoy en día?
Estoy preparando la próxima colección primavera verano de 2011.
¿Y podría adelantarnos algunos de sus contenidos?
Va a ser una colección con bastante color, pero con muchos matices. Por un parte, es muy delicada con bastante volumen, hay más malvas, amarillos, verdes pero muy matizados. Sobre todo, voy a trabajar bastante el volumen y las mezclas de colores y los estampados como siempre.
El componente manual ha sido el que durante su carrera le ha otorgado un carácter especial y le ha abierto muchas puertas.
Una de mis señas de identidad es el estampado. Empecé sobre todo con estampados muy primitivos técnicamente, porque no tenía medios. Ahora sigo haciendo estampados, pero voy utilizando técnicas muy distintas, desde camisetas, que las hacemos aquí en el taller con una técnica de serigrafía bastante sencilla. Sigo estampado un montón de tejidos: unos en digital, otros en serigrafía. Las calidades son mejores y se adaptan a todo tipo de tejidos. Antes lo que hacía era pintar en algodones, pero en el momento en el que te metes en tejidos más delicados eso no te sirve, porque estropeas la caída y el lenguaje del tejido. Sigo haciendo todos los estampados yo mismo, desde camisetas hasta vestidos de fiesta. I.A.