Ya adelantábamos hace unas semanas en estas páginas que la temporada de escaladas en Alaska está en ebullición. Y todavía sigue ofreciendo noticias de importante calado.

Empezamos la crónica con las nuevas aportaciones de varios integrantes de los Giri Giri Boys japoneses. Un grupo de alto nivel técnico y de compromiso que deja su sello allí donde va. Da lo mismo que sea un paredón del Himalaya como otro de Alaska.

Y justamente en las montañas de esta última región los nipones han demostrado desde siempre que saben manejarse a las mil maravillas.

En esta ocasión, Kazuki Amano, Takaai Nagato y Ryo Masumoto se meten entre pecho y espalda dos nuevas rutas y una importante repetición al Denali. Amano lideraba esta expedición en la que han tomado parte dos nuevos miembros de este selecto grupo de alpinistas: Nagato y Masumoto.

Para empezar, el equipo escalaba una nueva ruta en la cara oeste de una montaña sin nombre de unos 2.500 metros de altura situada en la zona de Ruth Gorge. Allí crean una línea de unos 1.000 metros de recorrido y 22 tiradas. En total fueron dos jornadas de apertura para una vía que cuenta con las siguientes dificultades técnicas: M6, 5.9/5.10R.

De ese pico sin nombre el trío japonés se traslada a otro con renombre: el Mount Church, justo en el extremo suroeste del Ruth Glacier. Apuestan por su cara norte, aunque en este caso no abren vía sino una variante. Empiezan a escalar por la «Amazing Grace», pero cuando ésta se dirige a la izquierda, los japoneses tiran justo recto a cima. De nuevo dos jornadas de trabajo para 17 largos y dificultades de AI4+ y M6R.

Casi sin descanso realizan un intento a la «Snow Patrol» de la cara sur del Mount Dickey, pero se dan media vuelta por las malas condiciones de la pared. Luego les esperaba el Denali, más concretamente la arista oeste. Aclimatan en esa larga ruta, y, tras completarla, se hacen en cuatro días con la «Denali Diamond». una de las grandes joyas del pico más alto de Norteamérica y que sólo ha sido ascendida media docena de veces. Ochenta horas para 2.600 metros de recorrido y una sección o travesía clave de M7/7+.

No se sabe cómo, pero Nagato, Masumoto y Amano todavía tenían fuerzas para darle a otro objetivo antes de tomar el avión que les llevaría de vuelta a casa. En un ida y vuelta de 48 horas, el equipo japonés se hace con la ruta «Bibler» de la cara norte de Mount Hunter. Otra línea que exige grandes dosis de escalada técnica.

Dura variante

Seguimos en la inmensa Ruth Glacier, ya que tres alpinistas estadounidenses se han hecho con una importante variante en el Mount Bradley.

El pasado 2 de mayo, John Frieh y Dylan Johnson escalan una variante que conecta la parte inferior de «Season of the Sun» con la parte superior del contrafuerte «East Butress» a través de 500 metros verticales de terreno nuevo.

La idea original de esta cordada era escalar el «East Butress», pero varias placas de la sección inferior de la línea estaban cubiertas de capas sueltas de nieve azucarada. A pesar de todo, Frieh y Johnson le dan un intento al contrafuerte, pero finalmente zigzagueando pillan la «Season of the Sun» (V, WI4R, M6R) que fue abierta por varios «socios» de los Giri Giri Boys.

Las condiciones no son las más adecuadas, pero, según adelantan, podían protegerse bien en el hielo. Superan el paso clave de offwidth de M6, después escalan otra sección de hielo y se enfrentan a dos tramos duros de M5/6 que les lleva al contrafuerte helado. Van evitando cornisas, y por secciones de nieve azucarada llegan a cima el 2 de mayo hacia las 6 de la tarde.

Augusta desconocido

Y la tercera y última actividad nos lleva hasta un gran desconocido: el Augusta. Un pico de 4.289 metros que se encuentra entre Alaska y el Yukon canadiense; justo a unos 30 kilómetros al este del conocido Mount St. Elias.

Sebastien Bohin, Sebastien Ratel, Sebastien Moatti y Emmanuel Pellisier, del Groupe Militaire de Haute Montagne francés, abren una nueva gran ruta por la noreste que les llevó a la arista norte del Augusta. Fue en el cuarto intento, y se cree que se trata de la quinta ascensión de la montaña.

Tras recorrer 15 kilómetros por glaciar, instalan el campo base al pie de la montaña, al abrigo de una roca para protegerse de las constantes avalanchas. Un lugar tan expuesto que tuvieron que pasar noche con los cascos puestos.

El cuarteto francés sale de noche, y muy rápido coge altura a pesar de la mala calidad de la roca. Una de las claves de la escalada era ir rápido, ya que el sol cambiaría las condiciones de la pared. Después de 10 horas de escalada, dejan atrás las principales dificultades técnicas. Pasan noche a unos 3.400 metros de altura.

Ya en dirección a la arista norte, los cuatro integrantes de la expedición francesa escalan en tres horas los últimos 900 metros que les llevaría a la cima.

Según los protagonistas, la primera parte de la vía (hasta donde hicieron el vivac) es de TD con roca mala y tramos de nieve empinados. Y los últimos 900 metros, en cambio, más fáciles con una dificultad en torno al AD.