«Es más urgente estar preparados para ganar que para perder»
Matemático, filósofo y ex alcalde de Bogotá, Antanas Mockus, calificado por más de uno como «derecha decente», se convirtió en la ilusión de cambio en el país, prometiendo un Gobierno sin corrupción. Una ilusión que se desmoronó en la primera vuelta, pero en la que él, aparentemente, sigue creyendo.
Beñat ZALDUA |
No es fácil conseguir un rato a solas con Antanas Mockus en la víspera electoral, pues en Colombia la campaña electoral se alarga hasta el último minuto y el candidato verde se afana por conseguir lo que parece algo casi imposible: salir elegido presidente. Una marea verde de militantes, en su mayoría jóvenes, con una esperanza a veces ciega, otras fingida, le siguen en cada paso que da. Jóvenes de clase media, en su mayoría, que han creído que el «profe», como se conoce a Mockus, es una alternativa aceptable a los excesos de Uribe y Santos, sin caer en lo que consideran el radicalismo de la izquierda.
¿Tiene la sensación de que se ha vivido una campaña desigual?
Hay desigualdades que no implican reproche. Lo nuestro es más improvisado, más basado en la ciudadanía, con menos expertos en términos de ingeniería electoral. También hay diferencia en lo económico, pero nosotros mismos escogimos una campaña austera. A veces, el proceso social espontáneo se abre paso por encima de las maquinarias políticas. En algunos momentos, la espontaneidad propia del movimiento social triunfa, en otros momentos no.
¿Cuáles son los ejes centrales de su programa?
El que vota por nosotros está reconociendo que la vida de cada ser humano es sagrada; es decir, requiere seguridad, protección. Segundo, los recursos públicos son sagrados, hay que actuar contra el gasto descuidado. Es una invitación a la gente de que si quiere despilfarrar, que despilfarre su dinero privado, pero la plata pública, que es tan difícil reunir, y sirve al bien común y para mitigar la desigualdad, hay que considerarla sagrada.
Y la educación, todos los políticos dicen que la educación es lo más importante, pero como los frutos de la educación se recogen en 20 ó 25 años, nadie siembra en serio en materia de educación. Nadie se atreve a decir, `aguantemos otras urgencias, sembremos en educación'. Cuanto más pobre sea un municipio, cuanto más pobre sea un barrio, más lujoso debe ser el colegio.
¿Qué tiene su campaña que no tenga la de Santos?
El golazo mundial de ser el primer país del planeta que tenga un gobierno verde. Imagínense, respeto a la vida, respeto a los recursos públicos y respeto al medio ambiente, una experiencia de proyección planetaria.
La otra diferencia es la forma de hacer política. En Colombia, perdemos mucho tiempo administrando el clientelismo. `Por favor, que hable con zutano, que fulano pide la vicepresidencia de no se qué'. En esas transacciones se nos va la inteligencia.
¿Por qué afirma que la relación con los vecinos será mejor si usted sale elegido?
Hay diferencias porque tenemos una relación distinta con la Constitución colombiana. La Constitución orienta al gobernante hacia la integración latinoamericana. Uno puede tener buenas conexiones con Estados Unidos, y es importante, pero si miras la Constitución, no hay una sola mención a los EEUU y sí varias del tema de integración latinoamericana. A eso hay que añadirle los antecedentes de comportamiento de cada uno de los dos candidatos con los países vecinos.
¿En qué se diferencia su propuesta de la de la izquierda?
La izquierda... Hay un tema sobre derechos de salud y educación, donde evidentemente, la posición del Polo es más radical y en cierto sentido, es más bonita; es que salud y educación sean derechos gratuitos para toda la población. Mi problema es, ¿De donde sale la plata? Tocaría elevar mucho los impuestos.
¿Espera un trasvase de los votos de Petro hacia usted?
Pues sospecho que más de un militante del Polo no considera que da lo mismo un triunfo de Juan Manuel Santos que un triunfo nuestro. Sería como ponerse unas gafas que impiden reconocer no sólo matices, sino diferencias cromáticas fuertes; es decir, no somos del mismo color que el doctor Santos. Muchos militantes del Polo tendrán ahí una decisión compleja: Si se abstienen por disciplina de su partido o si votan en conciencia por lo que les parece tal vez una opción parcialmente mejor que otra.
Por sus meteduras de pata, por sus declaraciones a veces contradictorias, mucha gente ha dudado de que esté preparado para ser presidente y votarán en blanco. ¿Qué les dice?
Confíen en los equipos, si a mí me tocara gobernar solo, yo saldría corriendo en este mismo instante, no aceptaría el riesgo de ser elegido. Pero uno no está solo, gobierna con el equipo, con el gabinete.
Se habla de que la abstención crecerá debido al Mundial. ¿Qué opina?
Mi tarea no es hacer pronósticos, mi tarea es hacer que el comportamiento cambie. Entonces, aprovecho para decir, señores, lo que pase mañana [por ayer] con Colombia es más importante que el ratico de placer con el fútbol. Usted es libre, la Constitución colombiana le permite no votar, pero piense en las consecuencias. Piense en que otros deciden por usted.
Si se cumplen los pronósticos y pierde, ¿cuál será el papel de Antanas Mockus y del Partido Verde que encabeza ante un gobierno santista?
Creo que por disciplina mental no debo pensar en el escenario B o, al menos, no compartir mis ideas sobre dicho escenario por ahora. ¿Por qué? Porque todas las energías deben estar orientadas al escenario más exigente. El escenario B es también exigente e implica la consolidación de una bancada en el parlamento, implica recoger toda esa voluntad que llegó a expresarse con la mitad de la población a favor de nosotros.
Pero, por ahora, me parece más importante estar preparado para una victoria, a mi juicio improbable pero posible. Es más urgente estar preparados para ganar que para perder.
«[La labor de oposición] también es exigente e implica recoger toda esa voluntad que llegó a expresarse con la mitad de la población a favor de nosotros»