El Gobierno británico va a presentar mañana un plan de «urgencia» para recortar el gasto y reducir el déficit público. El nuevo ministro de Finanzas, George Osborne, advirtió ayer de que «hemos heredado una situación verdaderamente terrible. Y a menos que la a frontemos de manera determinada, temo que el país se encamine a su ruina».

Se espera que alcance los 155.000 millones de libras (168.000 millones de euros) en el año fiscal 2010-2011, que finaliza en abril. Será el volumen más elevado de toda la UE este año y representa un 10,5% del PIB británico, la segunda tasa más elevada de Europa tras Irlanda, según previsiones oficiales. Londres ha anunciado medidas «drásticas» que se centrarán en los alquileres sociales y en los salarios públicos.