ITALIA 1

NUEVA ZELANDA 1

Excepciones muy contadas al margen, las grandes selecciones siguen empeñadas en renunciar al papel que les corresponde. Después de que Alemania o Inglaterra decidiesen aguardar a la última jornada para buscar la clasificación a octavos, Italia se apuntó al consuelo de tontos sumando su segundo empate consecutivo, lo que también le mantiene a la espera.

El problema es que las emociones clasificatorias no tienen reflejo sobre el césped. De nuevo con sus muy contadas excepciones, los tropiezos de las teóricas favoritas no han tenido demasiado que ver con una mejora de las habituales secundarias -aunque muchas han aprendido a cerrar los partidos, encareciendo muchísimo las victorias-, sino con su propia incapacidad.

El caso de Italia, de todas formas, hay que cogerlo con pinzas. No es la primera vez que se estrena en un campeonato rozando la eliminación; tampoco, menos aún, que agota el diccionario en busca de calificativos condenatorios a su juego. Y, evidentemente, tampoco sería la primera ocasión en que, pese a todo, acabase levantando el trofeo, no en vano es el vigente campeón y sigue la estela de Brasil con sus cuatro triunfos.

Más extraño -y preocupante para los azzurri- resultaría la pérdida de su inevitable flor. Parece que pueden estar tranquilos, porque al menos ayer no se perdió el partido del Mbombela Stadium. Apareció en forma de penalti, riguroso cuando menos, que permitió a Italia salvar un punto frente a una de las selecciones con menos potencial de las 32 que se han dado cita en Sudáfrica.

Pero a la que, algo que debería hacer pensar a los transalpinos, le bastaron siete minutos para forzar un error de la zaga y adelantarse por medio de Smeltz. Con un tanto, todo hay que decirlo, con polémica, al encontrarse en fuera de juego uno de los jugadores neozelandeses.

Italia reaccionó. Con más rabia que mordiente, pero con la efectividad suficiente. Amagó Montolivo con un disparo al poste y empató Iaquinta transformando en gol el tímido agarrón de Smith a De Rossi.

Inofensivos

A favor de Italia habrá que decir que intentó culminar la remontada. En su contra, que es difícil hacerlo de esa manera. Los cambios de Marcelo Lippi en el descanso tampoco surtieron efecto en un equipo incapaz de superar a la defensa kiwi, a la que le bastó con no perder el sitio y que contó con el complemento definitivo en la figura de su guardameta. Hasta pudo repetirse la campanada, cuando un error de Cannavaro dejó solo ante la portería a Wood, que disparó muy cerca del palo.

Lo cierto es que el punto mantiene vivo a Nueva Zelanda, aunque no parece probable que pueda con Paraguay, líder del grupo, en la última jornada. Mejor pinta para Italia, siempre y cuando su habitual efectividad no vuelva a abandonarles ante Eslovaquia. Un triunfo les clasifica, aunque para acabar en el primer puesto necesitarían además la campanada de los kiwis; lo mismo sucede si no pasan del empate en la última jornada.