grupo G Kaká fue expulsado en una mala actuación del árbitro
No es torneo para africanos
La ahora pragmática y eficiente Brasil tiró de la calidad de Luis Fabiano -con ayuda ilegal en su segundo gol- y Elano para sumar su segundo triunfo ante una apática Costa de Marfil, que despertó demasiado tarde.
BRASIL 3
COSTA DE MARFIL 1
Natxo MATXIN
Se esperaba mucho de los conjuntos africanos por el hecho de jugar en su continente por primera vez, como motivación extra, pero al final parece que la responsabilidad les ha sobrepasado con creces. El conjunto que parecía con más posibilidades de avanzar en el torneo, Costa de Marfil, también está contra las cuerdas.
Lo más preocupante para los de Sven-Goran Eriksson no es que hincara la rodilla ante la pentacampeona mundial -entraba dentro de lo más que previsible-, sino la forma en la que lo hizo. La imagen que dejaron los «elefantes» no fue acorde a la calidad que se supone atesoran sus jugadores, casi todos ellos jugando en grandes conjuntos de las ligas europeas más competitivas y que ahora deberán mirar resultados de terceros.
En cualquier caso y pese a los goles cariocas, el grupo G sigue defraudando y aburriendo. Las expectativas del denominado «grupo de la muerte» eran muchas, pero todo se está quedando en una enorme decepción en lo que se refiere al nivel futbolístico. La impronta de Dunga ha provocado un Brasil pragmático y soso, eso sí contundente en ataque -ayer anotó tres dianas en sus primeras cuatro aproximaciones-, mientras Costa de Marfil y Portugal, a la espera de lo que haga hoy ante Corea del Sur, tampoco están aportando gran cosa al espectáculo. Prima el riesgo calculado y eso se nota.
El árbitro, también mal
A nadie le agrada un Brasil jugando a la contra, pero es con lo que hay que conformarse por ahora. Confiando en el fallo del rival y en la calidad individual -llegó está última-, al conjunto carioca le bastaron dos zarpazos de Luis Fabiano -el segundo fue literal, pues se llevó el balón por dos veces con el brazo- frente a una Costa de Marfil que sólo apretó las clavijas cuando ya no había remedio.
El colegiado francés Stephane Lannoy aportó su granito de arena con un buen número de equivocaciones. Dio como válido el citado gol irregular del sevillista, expulsó sin razón alguna a Kaká y no hizo lo propio con dos jugadores africanos que lo merecieron, uno de ellos lesionando a Elano, a la espera de conocer las consecuencias del plantillazo que recibió el futbolista del Galatasaray.