Su glorioso pasado persigue a la selección uruguaya. Dos veces campeona del mundo, en 1930 y 1950, la celeste ha acumulado una importante presión sobre sus espaldas en las últimas décadas. El combinado uruguayo no disputa las semifinales del Mundial desde 1970, no ha conquistado la Copa América desde 1995 y el último equipo charrúa en sumar la Copa Libertadores fue Nacional en 1988.

La crisis deportiva ha provocado que los objetivos del seleccionado celeste se hayan rebajado de forma notoria. Fuera de los Mundiales de 1994, 1998 y 2006, la cura de humildad ha sido importante. Futbolistas de talento como Álvaro Recoba han asumido una carga demasiado pesada y otros como Nico Olivera, Sorondo, Carini o Zalayeta no respondieron a las expectativas que generaron en la copa del mundo juvenil de 1997.

En la actualidad, nadie duda de que Diego Forlán es la referencia absoluta de la selección uruguaya. El delantero del Atlético de Madrid ha triunfado en la Liga española y ahora trata de ser también una leyenda de la selección uruguaya.

La ilusión se ha desbordado tras la primera fase. Empate rácano ante Francia, victoria contundente contra la anfitriona Sudáfrica y nuevo éxito ante México para certificar la clasificación a octavos de final. Encima, que el primer cruce sea ante Corea ha generado que los aficionados tengan grandes esperanzas de retornar a unos cuartos tras 20 años de ausencia.

Argumentos futbolísticos no le faltan. Al margen del mencionado Forlán, el técnico Tabárez cuenta con varios jóvenes jugadores de nivel. El más talentoso es Luis Suárez. Un delantero hábil que ha destacado sobremanera en la Eredivisie holandesa. Nacido en 1987, comenzó su carrera en Nacional antes de ser captado por el Groningen. En su primera campaña en el país de los tulipanes, anotó 10 tantos y llamó la atención del Ajax. En el conjunto de Ámsterdam ha explotado todas sus virtudes. Los números le avalan. 35 tantos en 35 encuentros en la pasada campaña y un total de 74 goles en 97 partidos como ajaccied.

Suárez debutó de la mano de Martín Lasarte en Nacional. En palabras del técnico realista a GARA, «para la evolución de Luis sería bueno buscar algún reto deportivo superior, que coincide con un reto económico superior. Un Real Madrid o un Barcelona, quizá algún equipo italiano. No obstante, creo que su rendimiento sería mucho más rico en el fútbol español por su manera de jugar».

El preparador blanquiazul agrega que se trata de «un futbolista que se genera sus propias situaciones, que tiene golpeo con la izquierda y con la derecha, tiene regate, es veloz y potente, quizá tenga que mejorar el juego aéreo, le pega bien a balón parado, aunque todavía es algo irregular ya que juega tres partidos muy buenos y de repente desaparece».

En Ámsterdam cuenta con otro compañero de selección: Nicolás Lodeiro. Joven mediapunta que fue expulsado en el primer choque ante Francia. Según Lasarte, «es un chico pequeñito, gruesito y muy potente. Es muy habilidoso, técnicamente muy bueno y aparece sustituyendo a Albín en Nacional antes de llegar al Ajax. Nosotros tenemos una figura muy importante en nuestro fútbol, el enganche, conductor, trecuartista o como quieran llamarlo. Siempre tenemos esa necesidad de un jugador que sepa hacer la pausa o acelerar el juego».

Tampoco hay que olvidar a Nacho González. Fichado por el Valencia y que tras una larga lesión se ha reecontrado en Grecia. «Hizo grandes partidos en las eliminatorias y el técnico tiene una gran estima a su trabajo. Son características distintas, quizá Lodeiro es más dinámico y explosivo; más pausado y talentoso Nacho González».