Cuando escuchamos en boca de políticos la palabra cocina, se nos enciende una lucecilla en nuestro túnel del archivo de metáforas, apartado política en fase de cocción, por lo que se quiere decir que aunque el menú no se conoce con exactitud, algunos platos ya se están preparando o al menos se están comprando los elementos básicos del plato, aunque todavía falte por ver dentro de qué estilo, modelo, integridad, si será para todos, si vendrá muy cargado de grasas o será muy bajo en calorías. En esas parece que están, en la cocina, embadurnándose de harina de todos los costales para ver si hacen un pan o unas tortas. O unas hostias.

Pero el mundo de la cocina televisiva está también en ebullición. Argiñano acaba contrato con Tele 5 y parece que ha terminado su etapa con esta cadena. Todo apunta a que su salto va a ser a Antena 3, competencia directa, pero como estamos acostumbrados ya a negociaciones muy rocambolescas de su empresa con las cadenas y recordamos como en el anterior contrato estuvo anunciado, con promociones en TVE, y de repente siguió o acabó en los mediodías de Tele 5 con una cuota de pantalla realmente importante lo que le permite tener una postura de fuerza. Si su empresa vendiera a Argiñano solamente, todo iría perfectamente, fantástico, pero entra en el paquete otros programas sin él, y ahí encuentra muchas más reticencias.

Pero los programas de cocina aparecen por todas las cadenas, seguimos sin encontrarle el punto a «Robin Food» en ETB-2, pero nos hemos encontrado con un programa en una digital con el nombre de «Esta cocina es una pesadilla» donde un tipo que visita restaurantes con problemas, analiza las causas y busca soluciones. En el episodio emitido el pasado jueves, la violencia era terrible entre el cocinero titular del restaurante y el conductor del programa, mostrándonos una cocina llena de porquería, con una desgana realmente incalificable de los dos cocineros. Tras un proceso duro, con soluciones de tipo casi militar, con el despido inmediato para empezar, se reflotó. Asuntos internos de cocina, criterios de mando, objetivos empresariales, mano dura, un tono impresionante. Muy fuerte.