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Alta tensión sesenta años después del inicio de la guerra de Corea

Sesenta años después del inicio de un conflicto que ha costado más de tres millones de muertos y desaparecidos, la península de Corea sigue dividida en dos por una frontera fuertemente militarizada, y las relaciones entre el Norte y el Sur atraviesan un momento especialmente tenso tras el hundimiento, atribuido a Pyongyang, de una corbeta surcoreana.

EFE-AFP |

El presidente de Corea del Sur, Lee Myung-bak, instó ayer a Corea del Norte a poner fin a sus «provocaciones militares irresponsables» y encaminarse hacia la paz, coincidiendo con la conmemoración del sesenta aniversario del estallido de la Guerra de Corea (1950-1953) en un contexto de elevada tensión en la península. Las declaraciones de Lee se produjeron después de que Pyongyang declarara una zona de exclusión para la navegación en su costa oeste, en el mar Amarillo, hasta el domingo, que provocó la alerta en el Ejército del Sur ante la posibilidad de que su vecino pruebe un misil, informó la agencia Yonhap.

Las seis décadas desde el inicio de la guerra, que dio lugar a un sistema capitalista en el Sur y otro comunista en el Norte, se conmemoraron en Seúl con una ceremonia en la que el presidente surcoreano aseguró que su país no busca una confrontación militar, sino «una reunificación pacífica». En la misma ceremonia, mientras Lee apelaba a Pyongyang a trabajar por la reconciliación de los 70 millones de coreanos, el jefe de las fuerzas de EEUU en el país, general Wletr Sharp, prometía una respuesta «rápida y decidida» ante cualquier nueva «provocación» de Corea del Norte.

Las relaciones entre las dos Coreas, que en los últimos años han vivido períodos de acercamiento, atraviesan un momento de especial tirantez tras el hundimiento en marzo, con sus 46 tripulantes a bordo, de la corbeta surcoreana «Cheonan» a causa, según Seúl, de un torpedo norcoreano. Un informe internacional atribuyó a Pyongyang la autoría de la acción, algo que Corea del Norte siempre ha negado. Lee, cuyo país ha bloqueado todos sus intercambios con el Norte mientras el Consejo de Seguridad de la ONU estudia una respuesta internacional, instó ayer a Corea del Norte a que reconozca su responsabilidad y se disculpe por esa acción.

En la ciudad de Busan, donde también se conmemoró esta fecha, trece buques replicaron ante unas 2.000 personas la primera batalla naval, en 1950, cuando el Sur hundió un buque norcoreano con 600 efectivos.

Conflicto «inacabado»

Lee envió también una carta a unos 300.000 veteranos surcoreanos y extranjeros, en la que definió la guerra de Corea como un conflicto «inacabado» y destacó que, tras el naufragio de «Cheonan», persiste «la severa realidad del Norte y Sur divididos».

Los dos enemigos viven una situación anacrónica, ya que al haber firmado un armisticio y no un tratado de paz que pusiera fin a la Guerra de Corea se encuentran todavía técnicamente en guerra. Para los analistas, uno de los grandes retos de las dos Coreas es convertir el armisticio en un tratado de paz permanente.

Seúl ha acusado siempre a Pyongyang de iniciar el conflicto bélico con un ataque sorpresa desde el paralelo 38 la mañana del 25 de junio de 1950, que marcó el comienzo de una ofensiva relámpago norcoreana que permitió la toma de la capital surcoreana en tres días, pero que fue repelida tras el desembarco estadounidense en la ciudad de Incheon en setiembre.

Corea del Norte siempre ha asegurado que fue una invasión del Sur con el apoyo de EEUU la que provocó la guerra. El jueves, volvió a hacerlo al atribuir el comienzo de la guerra a «las provocaciones del Sur» y estimó que, en concepto de compensación por 60 años de «hostilidades» y por la «sangre vertida», Washington debería pagarle 64.960 millardos de dólares, según indicó la agencia KCNA.

El conflicto, que acabó con el trazado de la frontera cerca del paralelo 38, duró tres años y causó más de tres millones de muertos y desaparecidos entre soldados y civiles de ambos bandos, según datos oficiales.

En las filas surcoreanas combatieron casi dos millones de soldados de 16 países, sobre todo de EEUU, como parte de las fuerzas de la ONU, mientras que otros cinco países colaboraron con equipamiento sanitario.

Unos 170.000 soldados murieron en el bando surcoreano -40.000 soldados de la ONU, entre ellos- y alrededor de 630.000 en el norcoreanos -110.000 de ellos chinos-.

Acercamiento frustrado

Durante estos años ha habido varios intentos de acercamiento, el principal de ellos, el realizado con motivo de la primera e histórica cumbre intercoreana en 2000 en Pyongyang, que marcó el inicio de una colaboración sin precedentes.

Sin embargo, las relaciones bilaterales sufrieron un revés importante tras la llegada del conservador Lee Myung-bak a la Presidencia surcoreana en febrero de 2008, y que mantiene una línea dura hacia Corea del Norte.

apoyo de eeuu

Al menos 28.500 militares estadounidenses permanecen en Corea del Sur para apoyar a los 655.000 efectivos surcoreanos que tienen enfrente a las Fuerzas Armadas de Corea del Norte, integradas por 1,2 millones de soldados.

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