El nuevo tramo de autopista de unos 17 kilómetros que bordea Donostia se abrió ayer al tráfico. La construcción, que ha costado 350 millones de euros y tres años de trabajo, es el secundo Cinturón de la capital. Más o menos cada kilómetro construido ha supuesto veinte millones de euros. Se prevé que por el segundo Cinturón pasen más de 40.000 vehículos al día, la mayoría de transporte pesado y de circulación de paso por Donostia, que ahora rodeará la ciudad. La carretera enlaza con la actual AP-8, la N-I y la Autovía del Urumea.