Líderes rebeldes tamiles fueron ejecutados en mayo de 2009 en Sri Lanka a pesar de que Noruega, antiguo mediador en la isla, había acordado su rendición, declaró ayer el ministro noruego de Desarrollo Internacional, Erik Solheim, según la prensa de Sri Lanka.

Solheim, que jugó un papel clave en los intentos de Noruega de intervenir a favor de la paz en Sri Lanka, explicó que el año pasado intentó, sin éxito, acabar con la sangrienta violencia que asolaba esta isla del Índico.

«Dije (a los rebeldes) que si deseaban capitular, sólo tenían que izar banderas blancas y rendirse», explicó a periodistas de Sri Lanka de visita en Oslo, informó «The Sunday Times» de Colombo.

«Algunas horas más tarde, nos dimos cuenta de que estaban muertos», añadió.

Las afirmaciones del ministro constituyen el primer reconocimiento por parte de Noruega de su papel para intentar proteger la rendición de los líderes de la rebelión independentista tamil, mientras que el general Sarath Fonseka, entonces jefe del Ejército cingalés, negó la existencia de esa mediación.

El líder de la rama política de los Tigres de Liberación de Tamil Eelam (LTTE), B. Nadesan, así como otro alto dirigente, S. Puleedevan, se encontraban entre un importante grupo de militantes tamiles ejecutados en mayo de 2009, cuando el Gobierno de Sri Lanka lanzó una gran ofensiva contra los rebeldes.

Los Tigres acusaron al Ejército de haberlos ejecutado a sangre fría, lo que niega el Gobierno de Colombo.

Solheim explicó que entonces se encontraba en permanente contacto con el presidente de Sri Lanka, Mahinda Rajapakse, y el antiguo líder de los Tigres tamiles, Velupillai Prabhakaran, para intentar acabar con el conflicto, pero que ambos rechazaron su ayuda.

El secretario genera de la ONU, Ban Ki-moon, nombró la semana pasada una comisión de tres miembros para que investigue las violaciones de derechos humanos que se cometieron el año pasado.

El 18 de mayo de 2009, el Gobierno de Sri Lanka proclamó la victoria militar contra los Tigres tamiles, que reclamaban la independencia del norte y este de la isla.

La semana pasada, el ministro de Exteriores de Sri Lanka, G.L. Peiris, aseguró que su Gobierno no permitirá la entrada al país de un grupo de expertos de la ONU nombrado para evaluar si las autoridades han cumplido con sus promesas de investigar posibles crímenes de guerra contra los tamiles.

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