La brecha salarial entre hombres y mujeres en Nafarroa llega al 39%
El salario medio de los hombres en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa es un 30% más elevado que el de las mujeres, y en Nafarroa los hombres ganan de media un 39% más que las mujeres, según la Encuesta Anual de Estructura Salarial. Entre las causas, LAB señala la discriminación por razón de género, la segregación ocupacional y el hecho de que las mujeres sean las destinatarias de las contrataciones más precarias.GARA |
Según la Encuesta Anual de Estructura Salarial que el INE ha publicado esta semana, en el año 2008 el salario bruto medio anual de los hombres en Nafarroa alcanzó los 26.635 euros; mientras que la remuneración media de las mujeres fue de 19.212 euros. Esta diferencia sitúa la brecha salarial entre hombres y mujeres en el 39%. En Araba, Bizkaia y Gipuzkoa la diferencia, aún siendo considerable, es bastante menor, ya que el salario medio anual de los hombres fue de 28.264 euros, un 30% más elevado que el de las mujeres, que alcanzó una media de 21.766 euros.
Estos datos, analizados por LAB, llevan al sindicato abertzale a afirmar que «el rasgo que mejor describe la situación de la mujer en el mercado de trabajo es la discriminación a la que está sometida por los prejuicios instalados en la cultura empresarial». Además, aprecia estas desigualdades también en los obstáculos que las mujeres deben enfrentar para acceder a un empleo remunerado, lo que se manifiesta en una tasa de paro más alta que la de los hombres.
Papel subsidiario
El sindicato observa también una mayor incidencia de la temporalidad y de la contratación a tiempo parcial entre las mujeres porque «el empresariado continúa asignando a la mujer un papel subsidiario en el mercado laboral, y prueba de ello es la aplicación de fórmulas de contratación más precarias para la gestión flexible de la mano de obra femenina».
Así, en 2008 la tasa de temporalidad entre las mujeres alcanzaba el 32,2% y entre los hombres el 22,5%. «La contratación a tiempo parcial es otro recurso de la patronal para disponer de mayor flexibilidad laboral, aunque menos utilizado que la temporalidad. El 13,5% de las personas ocupadas en 2008 tenían un contrato a tiempo parcial pero el 84% eran mujeres.
LAB subraya que el tipo de jornada es una de las variables más determinantes del nivel salarial, lo que hace que las diferencias entre hombres y mujeres disminuyan si, en lugar de tomar el salario medio anual, se analiza el salario por hora de trabajo. Teniendo en cuenta esta variable la brecha se mueve entre el 27% en Nafarroa y el 22% en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa.
La brecha salarial es mayor entre quienes cuentan con contratos indefinidos que entre quienes tienen uno temporal, ya que en el primer caso por una hora de trabajo el de los hombres es de media un 31% mayor que la de las mujeres en Nafarroa, y un 27% en la CAV.
En el caso de la contratación temporal los navarros cobran por hora de trabajo alrededor de un 10% más que las navarras; y en la CAV los hombres cobran un 2% más por hora de trabajo que las mujeres.
Según la encuesta, el salario bruto anual de los hombres en Nafarroa era de 26.635 euros, mientras que el de las mujeres se quedaba en 19.212 euros. En la CAV, era de 28.264 el de los trabajadores y de 21.766 el de las trabajadoras.
La contratación temporal, que afecta más a las mujeres, está vinculada a las categorías inferiores y menos cualificadas; mientras que los contratos indefinidos permiten carreras profesionales más largas y por lo tanto mayor antigüedad y más posibilidades de promoción interna.
En su análisis de la encuesta salarial, LAB denuncia que la segregación laboral, tanto horizontal como vertical, que sufren las mujeres es la causa de la fuerte presencia femenina en aquellos sectores que generan menor valor añadido y en las categorías más bajas del escalafón profesional, lo que también explica gran parte de la brecha salarial de género. Pero destaca que «la sociedad en general y el ámbito privado en particular continúan reproduciendo los roles que el modelo de familia patriarcal ha asignado tradicionalmente a la mujer, de manera que las tareas de carácter reproductivo y no remuneradas siguen recayendo especialmente sobre las mujeres», añade el sindicato abertzale. En este sentido, recuerda que la falta de una mayor corresponsabilidad de los hombres en las labores domésticas y en el cuidado de la familia ha convertido la conciliación de la vida laboral, familiar y personal en una preocupación que prácticamente sólo afecta a las mujeres, puesto que son quienes sufren en mayor medida las dificultades de compatibilizar trabajo productivo y reproductivo y sus duras consecuencias, tanto para acceder a un empleo como en las propias condiciones laborales.
Por todo ello indica que el incremento de la participación de la mujer en el mercado laboral no ha venido acompañado de una mejoría en la igualdad de oportunidades y concluye que, por esa razón, «es necesario colocar la lucha contra las desigualdades y las discriminaciones laborales entre las prioridades de la acción sindical, denunciar estas prácticas empresariales y reclamar de los poderes públicos una actuación efectiva contra las mismas». GARA