El pasado 22 de mayo, la cara sur de la Punta Walker pasaba otra página de su historia con la irrupción de la quinta ruta abierta en esta salvaje vertiente alpina de las Grandes Jorasses. Su nombre: «Plein Sud» (900 m, VI, WI4+/5R, M6+). Sus protagonistas: el francés Michel Coranotte y los italianos Sergio de Leo, Marcello Sanguinetti y Marco Appino.

Pero esta apertura también tiene otro componente muy interesante que viene cogida de la mano de la historia de esta inhóspita y poco frecuentada vertiente de las Grandes Jorasses. Y nos explicamos. El cuarteto ha sido capaz de resolver uno de los grandes enigmas de esa cara sur: la gran chimenea. Una sección que corta la vertiente en dos y que hasta el pasado 22 de mayo no contaba con ninguna ascensión.

Hablando de ascensiones, los 1.200 metros de la primera escalada a la sur de la Punta Walker sólo ha sido repetida una decena de veces. Junto a esa línea se encuentran unas pocas más, y de todas ellas destaca la «Direttissima-Gianni Comino Memorial» o también conocida como la «Phantom Direct» del grupo liderado por el gran Gian Carlo Grassi. Una línea mágica que rara vez se forma.

Este grupo es el que se encontró con la gran chimenea que resultaba inescalable. Por ello, los alpinistas tuvieron que realizar una gran travesía a la izquierda para terminar juntándose con la ruta de 1923.

Sección virgen

25 años después de la apertura de los Grassi y compañía, esa sección virgen se iba a convertir en el reto del cuarteto franco-italiano. Algunos alpinistas han estado años observando las condiciones de esa gran chimenea, pero nunca han sido las propicias; y es que hay que tirar mucho de mixto.

Finalmente, los protagonistas de esta ascensión deciden trasladar su proyecto a las mismas laderas de la sur de la Punta Walker. «Esa gran chimenea la estuvimos observado durante mucho tiempo con prismáticos. Pero decidimos que la mejor forma de saber en qué condiciones estaba era acercarnos a ella. El 21 de mayo vivaqueamos muy cerca de la base de la pared. Dormimos un poco y muy temprano empezamos con la ascensión», informa Sanguinetti.

Según los cuatro alpinistas, la nueva vía cuenta con tres secciones muy diferentes. Los primeros 450 metros lo escalan muy rápido. Se trata de corredores de la «Direttissima» con dificultades de hasta WI4+.

A las 7 de la mañana ya están en la base de la gran chimenea: «No se veía nada fácil, pero decidimos seguir. El primer largo era difícil de proteger y se escalaba por hielo fino. Después el corredor se abría y se adivinaba una vaga línea entre los desplomes de la chimenea. Los dos largos claves los escalamos en hielo fino y con roca de muy mala calidad. Su dificultad: M6+».

El gran «monstruo» quedaba atrás. Sólo les quedaba un gran diedro que les llevó hasta la cima y el final de la vía. Era mediodía. A las 18.30 se encontraban en el glaciar Pra Sec.