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CRÓNICA Azkena Rock Festival

Bob Dylan salvó la lluvia y convirtió Mendizabala en su segunda casa

El Azkena Rock Festival afrontó la última jornada de su edición de 2010 expectante. Bob Dylan, uno de los iconos del universo rockero, iba a dejar su impronta en la explanada gasteiztarra y la inquietud reinaba entre los asistentes.

Izkander FERNANDEZ

La lluvia amenazaba también con convertirse en protagonista en cualquier momento. El cielo gris y plomizo tenía en alerta al público y aunque la tan temida lluvia hizo acto de presencia, respetó a uno de los alicientes más atractivos del ARF 2010.

Dylan apareció en el escenario 1 de Mendizabala a las 21.00 en punto. Con sombrero blanco y traje negro, el cantautor estadounidense se colocó tras sus teclados. Flanqueado por una interesante banda capitaneada por Charlie Sexton, Dylan arrancó con «Rainy Day Women #12:35» y siguió ya alternando guitarra y teclados con «Don't Think Twice, It's Allright», «Stuck inside the Mobile with the Menphis Blues again» y «Just Like a Woman».

El concierto progresó entre la sorpresa y la satisfacción. La fuerza que la banda imprimía a todos y cada uno de los temas facilitaba las cosas a un Bob Dylan que, gracias a Sexton, únicamente necesitaba estar en el escenario para reinar.

Tras un repertorio heterogéneo en el que repasó casi todas sus épocas, Dylan cerró el bis con «Like a Rolling Stone» pero robó a todos la oportunidad de disfrutar de «All Along the Watchtower». Si alguien tenía dudas sobre la idoneidad de que Bob Dylan actuase en un festival como el Azkena Rock Festival, es de suponer que se disiparían tras el concierto. Y es que el ARF ya tiene un nuevo ídolo que ha pasado por sus escenarios.

Hubo paréntesis entre Bob Dylan y Chris Isaak. Entre artesano y artesano se colaron Toilet Boys, unos sinvergüenzas de las cloacas de Nueva York, con el objetivo de revitalizar el punk, el glam y el hard rock más pasado de vueltas. En Gasteiz, cumplieron.

Tras la tormenta de vatios de Toilet Boys, llegó la verdadera tormenta. Coincidiendo con las primeras notas de Chris Isaak en el escenario principal de Mendizabala, el cielo se rompió, no aguantó más y la lluvia intentó deslucir la actuación de uno de los artistas más esperados por el público.

Isaak, planta y repertorio

Isaak ganó. Con su imposible traje azul eléctrico, su tremenda planta de caballero de películas de Hollywood y su aterciopelada voz, no le quedaba más que tirar de un repertorio escandaloso del que cayeron, entre otras, «Somebody Is Crying», «Speak of the Devil», «Wicked Game», «Forever Blue», «Baby Did a Bad Thing» y versiones de Elvis Presley, «Love Tender», y Roy Orbison, «Pretty Woman».

Pasada la media noche y con la lluvia otorgando una tregua, los escandinavos The Hives se encargaron de enfilar el fin de fiesta. Su enérgica propuesta a medio camino entre el high energy y el punk rock de factura clásica gusta al público más trasnochador. La fiesta había despegado.

El broche lo puso Bad Religion. Pasadas las 2.00 de la madrugada, el combo de punk rock melódico bromeó levemente con el horario que les había tocado mientras repasaba un repertorio irreducible que les asegura una de las bases de fans más fieles del planeta. Eso sí, no fue la de Bad Religion una de las mejores actuaciones del festival. Estuvieron algo acartonados, quizá por la circunstancia provocada por el horario de su actuación.

Y el Azkena Rock Festival 2010 dijo adiós. Con el único incidente negativo producido por la lluvia caída durante la actuación de Chris Isaak, la edición ha vuelto a ser vibrante, ha reunido a unas 45.000 personas en tres días y ha servido de apetitoso aperitivo para la edición del año que viene, que será la del décimo aniversario.

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