La negativa de Ares a permitir al Ararteko el visionado de las cintas de vídeo que, tal vez, se grabaron a los detenidos que denunciaron torturas sirve para confirmar las sospechas de quienes interpretaron la reacción de Ares contra el abogado de los detenidos como la prueba del algodón. El Ararteko acusa a Ares de «no colaborar» en la investigación de la tortura. Debería denunciar que, en realidad, colabora para que no haya investigación. No nos engañemos.