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El huracán «Alex» obliga a detener la limpieza del vertido en el Golfo

La proximidad de la tormenta tropical «Alex», que en la madrugada de ayer se convirtió en el primer huracán de la temporada de ciclones del Atlántico, ha obligado a detener parte de las tareas de limpieza y contención del vertido de petróleo en el golfo de México. El fuerte oleaje obligó a regresar a tierra a las embarcaciones que participan en esa labor.

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El primer huracán de la temporada de ciclones del Atlántico, «Alex», ha obligado a la compañía petrolera British Petroleum (BP) a reducir parte de sus operaciones de limpieza y recuperación del crudo en el golfo de México. La tormenta tropical, que se fortaleció ayer de madrugada en las cálidas aguas del Golfo y se convirtió en ciclón de categoría uno, se dirigía hacia el oeste y no se esperaba que girara hacia el área del vertido causado por el hundimiento de una plataforma petrolífera de BP a finales de abril frente a las costas de Louisiana.

Los pronósticos señalaban que «Alex» continuaría intensificándose antes de tocar tierra, lo que estaba previsto que ocurriera anoche. Su paso por tierra firme se producirá, no obstante, lejos de las principales instalaciones petrolíferas de la región.

La fuerte marejada, con olas de más de dos metros de altura, provocado por el intenso viento, con ráfagas máximas sostenidas de hasta 120 kilómetros por hora, llevó a los responsables de las tareas de limpieza a reducir sus operaciones de recogida y quema controlada del petróleo que flota en alta mar.

«Se mantienen los vuelos de los aviones que esparcen disolventes químicos sobre el área, pero el petróleo de la superficie no será quemado ni recogido», señaló a France Presse Robert Wine, portavoz de BP. Para ayer se esperaban olas de hasta 3,5 metros de altura, por lo que parte de esas operaciones «no se van a poder realizar mientras haya mar gruesa», agregó.

Además, el huracán «Alex» va a retrasar la llegada a la zona de un tercer buque destinado a la recogida del crudo, el «Helix Producer». La fuga vierte diariamente al mar entre 30.000 y 60.000 barriles de petróleo, y la presencia del «Helix Producer» debería posibilitar que la capacidad total de recogida sea de entre 40.000 y 50.000 barriles al día desde principios de julio, frente a los hasta 25.000 que a día de hoy recogen las otras dos embarcaciones.

Evacuación

Como medida de precaución, las compañías petroleras Shell y ExxonMobil informaron ayer de la evacuación de parte del personal de sus plataformas.

Si los vientos superan los 70 kilómetros por hora en la zona del vertido, los barcos que participan en las tareas de limpieza y recogida de crudo abandonarán la zona, advirtió a France Presse el almirante Thad Allen, responsable de esas operaciones. Efe informó de que la situación había forzado a la Guardia Costera a ordenar el regreso a la costa de esas embarcaciones.

Así, esas labores podrían quedar suspendidas durante dos semanas. La perforación de pozos de alivio -que se espera sirva para cortar definitivamente el vertido de crudo al mar y que, en principio, se mantiene- podría quedar también suspendida y no volvería a ponerse en marcha hasta setiembre, cuando debería hacerse en agosto.

El almirante Allen insistió, además, en que «cualquier tormenta eleva el riesgo de que el petróleo pueda ser empujado aún más hacia los pantanos».

Hasta el momento, los estados afectados por la marea negra provocada por la explosión y hundimiento, el 20 de abril, de la plataforma de BP a 80 kilómetros de la costa estadounidense han sido Mississippi, Louisiana, Alabama y Florida.

El vicepresidente estadounidense, Joe Biden, visitó el martes el puesto de mando desde donde se coordinan todos los trabajos de limpieza en Nueva Orleans, antes de dirigirse a Florida, cuyas autoridades se vieron obligadas a cerrar algunas playas por lo general muy concurridas por los turistas al comienzo del verano.

El gobernador de Louisiana, Bobby Jindal, criticó la lentitud de las operaciones de limpieza al indicar que el domingo nuevas manchas de petróleo habían contaminado sus costas. «No vemos ningún barco trabajando en la recuperación del crudo depositado en la superficie. Debemos tener un mayor sentido de la urgencia», declaró.

Temporada muy activa

Los meteorólogos estadounidenses han pronosticado para esta temporada de huracanes, que comenzó el 1 de junio y finaliza el 30 de noviembre, la formación de entre catorce y 23 tormentas tropicales y entre ocho y catorce huracanes, que descargarían su furia en EEUU, el Caribe, Centroamérica -donde el ciclón «Alex» ha dejado doce muertos a su paso como tormenta tropical- y el golfo de México, informó Efe.

Asimismo, han vaticinado que será una temporada «extremadamente activa», porque entre tres y siete de esos huracanes podrían ser de gran intensidad, con vientos superiores a los 177 kilómetros por hora.

ayuda

El Departamento de Estado de EEUU ha aceptado veintidós ofertas de ayuda realizadas por doce países y agencias internacionales para limpiar y contener el vertido de crudo.

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