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Mundial 2010 Primera fase y octavos sin un dominador claro y con escaso nivel futbolístico

El alarde sudamericano, la crisis europea y la decepción africana

Brasil y Argentina apuntalan sus opciones de verse por primera vez en una final mundialista; Italia, Inglaterra y Francia deberán acometer una seria reflexión; Costa de Marfil y Camerún tendrán que mejorar para ser una alternativa.

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Natxo MATXIN

Llegaron las primeras jornadas de descanso en la cita mundialista de Sudáfrica 2010 y con ellas el momento para hacer balance, una vez disputada la primera fase y los octavos. A grandes rasgos, dos pueden ser las conclusiones principales: los conjuntos sudamericanos están que se salen y la evidencia de que no hay un dominador claro ni un equipo que haya practicado un fútbol deslumbrante.

El que la mitad de los cuartofinalistas procedan de esa zona -Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay- ya es un dato de por sí concluyente. Son quienes mejores prestaciones, que no brillo, han mostrado hasta ahora, especialmente los dos primeros, que parecen los rivales a batir y quienes tienen mayores posibilidades de protagonizar la tan ansiada final.

La pegada de una Argentina liderada por Messi y que en ocasiones da muestras de partirse por la mitad, pero que ha mejorado mucho defensivamente en sus últimos choques, fruto del coraje de un renacido Heinze, y la solidez de un desconocido Brasil, donde prima guardar la ropa como impronta de lo que fuera en su época de jugador su actual técnico, Dunga, son las señas de identidad de dos escuadras que, curiosamente, nunca se han medido en el último encuentro de una fase mundialista, aunque sí en reiteradas ocasiones en la Copa América.

Al quite de semejante dominio, Alemania -los teutones son de los pocos que han apostado por un juego con riesgos y mirando de frente al enemigo- y España -en los escasos momentos en los que ha demostrado por qué es campeona europea-, con permiso de la incógnita holandesa, lideran un viejo continente que ha visto caer a las primeras de cambio a los últimos finalistas de la Copa del Mundo y a la siempre descorazonadora Inglaterra.

Pross, azzurris y bleus deberán ponerse manos a la obra para analizar las causas de su fracaso y emprender una urgente y profunda renovación. Su papel en Sudáfrica no ha respondido al nivel de sus respectivos campeonatos ligueros o quizás precisamente por ello algunos ya empiezan a ver en las millonarias adquisiciones extranjeras el principal obstáculo para la irrupción de nuevos talentos autóctonos.

Pasan los primeros

Muchos son ya los años en los que se lleva especulando sobre el león dormido que suponen las escuadras africanas, desde que la Camerún de Milla comenzara a sorprender a propios y extraños. La ocasión para haberlo demostrado era que ni pintada en su propio continente, ante su gente, pero el fútbol negro ha vuelto a defraudar.

Y esa decepción tiene nombres: Costa de Marfil y Camerún. Es cierto que los «elefantes» tenían un grupo muy complicado, pero carecieron de valentía en momentos que así lo exigía y acusaron la «Drogbadependencia» demasiado. De los de Eto´o, que no habían protagonizado una buena fase de clasificación, se esperaba su resurgimiento en pleno campeonato; sin embargo, fueron presa fácil de oponentes de inferior nivel.

Lo curioso es que sus onces han estado formados por rutilantes jugadores que militan en las ligas más competitivas, pero a los que todavía les queda un largo trecho para anteponer la palabra «equipo» a sus desmesurados egos. Ni siquiera la presencia de técnicos europeos ha mitigado su ancestral imagen de anarquía, más bien al contrario, ésta se ha incrementado.

De cualquier forma, la resolución de los octavos ha constatado que, pese a jugarse a un cara o cruz en único partido, la regularidad se impone. No parece haber sido casualidad que hayan superado la prueba únicamente los líderes de cada uno de los ocho grupos.

¿Y el espectáculo?

Ni siquiera Brasil u Holanda, que acostumbraban a destilar un juego ofensivo y vistoso, ofrecen ya espectáculo para el aficionado. En este Mundial está primando resguardar la portería propia y confiar en el fallo del rival.

lo pone el árbitro

A falta de brillo en las botas de los futbolistas, el «espectáculo» lo están poniendo los colegiados, con sus continuados errores garrafales. Reconocidos trencillas como el uruguayo Larrionda o el italiano Rosetti ya han hecho las maletas.

Los más realizadores miden su pegada

Se van a cruzar antes de tiempo, mucho antes de que se merezcan ser eliminadas por el nivel de juego mostrado por el momento. La bisoña Alemania y la «messiana» Argentina van a protagonizar uno de los duelos, junto al Holanda-Brasil, más interesantes y esperados de este próximo fin de semana.

Además de rememorar las finales de 1986 y 1990, ambos combinados son de los que mejor regusto futbolístico han dejado en los aficionados en lo que se lleva de torneo. Cada uno con un estilo propio, albicelestes y teutones han apostado por llevar la iniciativa, acosar desde el principio la puerta contraria y encararla con acierto, no en vano son los dos conjuntos más realizadores, con diez y nueve dianas, respectivamente.

Quien salga victorioso del duelo va a ganar muchos enteros de cara a adjudicarse el trofeo, siempre y cuando supere a España, a priori la favorita en el otro lado del cuadro en su partido con Paraguay. Ghana tratará de dar la sorpresa y mantener alto el pabellón africano, pero lo tendrá difícil ante Uruguay. N.M.

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