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Compleja situación en Afganistán

Los talibán cierran el mes más sangriento atacando Jalalabad

Junio, el mes más sangriento para las tropas occidentales en Afganistán -con más de cien bajas mortales, el número más alto en un solo mes desde que comenzó la ocupación hace ocho años y medio-, concluyó con un ataque que un grupo de talibán llevó a cabo en Jalalabad. En Washington, el Senado dio el visto bueno al general David Petraeus, nuevo responsable de las tropas occidentales, que destacó que «tendremos que estar allí durante bastante tiempo».

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GARA | KABUL

Un grupo de talibán lanzó ayer un ataque con coche bomba y cohetes contra una importante base militar de la OTAN en Jalalabad, en el este de Afganistán, a escasos días de la llegada del nuevo responsable de las tropas occidentales, el general estadounidense David Petraeus.

De este modo, la insurgencia afgana puso el cierre a un mes de junio caracterizado por haber sido el que más muertes de soldados occidentales ha registrado, superando por primera vez en ocho años y medio de ocupación el centenar de bajas.

Las pérdidas entre las tropas de los 46 estados de la fuerza de la OTAN (ISAF) nunca habían alcanzado este nivel y se producen justo en el momento en el que el presidente de EEUU, Barack Obama, ha destituido al general Stanley McChrystal al frente de la fuerza occidental.

La estrategia de Obama en Afganistán ha recibido otro varapalo en Washington, ya que una congresista logró bloquear el envío de millones de dólares de ayuda al país asiático mientras su presidente, Hamid Karzai, no tome medidas drásticas contra la corrupción.

Sobre el terreno, la muerte el 24 de junio -pese a que no se hizo pública hasta el pasado lunes- de un soldado estadounidense supuso superar el listón de los cien fallecidos en un mes.

Comparando, 77 soldados murieron en agosto de 2009, que hasta entonces fue el peor mes para las tropas occidentales desde la expulsión de los talibán de Kabul a finales de 2001.

Según un recuento realizado por France Presse a partir de la web icasualties.org, 320 soldados de las fuerzas occidentales han muerto desde que comenzó el año. En 2009 fueron 521 los soldados que murieron.

El ritmo vertiginoso de bajas que existe actualmente en Afganistán es comparable a los peores meses de la guerra de Irak, entre abril y junio de 2007. En ese momento, EEUU también envió refuerzos a Irak, viéndose obligado a poner en marcha una nueva estrategia.

En este sentido, el general Petraeus señaló el martes ante el Senado de EEUU que este país no permanecerá en Afganistán para siempre y que la estrategia de salida dependerá de las condiciones sobre el terreno.

El general Petraeus acudió ante el Comité de las Fuerzas Armadas del Senado para una audiencia de confirmación, tras ser nombrado por Obama.

La audiencia estuvo dominada por las divisiones entre demócratas y republicanos en torno a la estrategia militar en Afganistán, en particular por la fecha de julio de 2011 que Obama ha fijado para comenzar el repliegue de las tropas estadounidenses del país asiático.

Sobre esa fecha, Petraeus explicó ante el Comité que no se planteó únicamente para consumo interno, sino también como un mensaje «para las audiencias en Kabul, de que no estaremos allí para siempre».

«Pero estaremos allí, supongo que durante bastante tiempo», esclareció el general Petraeus, considerado el arquitecto del aumento de tropas en Irak en 2007 que contribuyó a fortalecer el combate contra Al-Qaeda y a mejorar la seguridad.

Así, el general Petraeus reafirmó el compromiso de EEUU a largo plazo en Afganistán, si bien advirtió: «Creo que las duras batallas continuarán. De hecho, podrían intensificarse en los próximos meses».

A sus espaldas, varios activistas contra la guerra en Afganistán sostuvieron pancartas con mensajes como «No más guerra» y «Nuevo general, viejo cementerio».

La corrupción en Kabul preocupa en Washington

El ministro estadounidense de Justicia, Eric Holder, se reunió ayer en Kabul con el presidente afgano, Hamid Karzai, y los responsables de la Justicia afgana con el objetivo de mejorar la cooperación en materia de lucha contra la corrupción.

«Estamos orgullosos de estar al lado de Afganistán en la lucha contra la corrupción, los traficantes de droga y el terrorismo», declaró Holder en una breve comparecencia ante la prensa.

«Hemos seguido con interés desde Washington las medidas positivas tomadas por el presidente Karzai y su gabinete para mejorar la gobernanza e imponer la primacía del derecho», añadió.

Al frente del Ministerio de Justicia, Holder tutela servicios como la Policía Federal (FBI) o la Agencia de Lucha Antidroga (DEA). Su visita sorpresa se produce en un momento en el que la cuestión de la corrupción del Gobierno afgano ha creado de nuevo fricciones entre afganos y occidentales.

El fiscal general de Afganistán acusó el martes al embajador estadounidense en Kabul, Karl Eikenberry, de haberle amenazado con hacerle perder su puesto si no hacía nada para detener a un banquero acusado de estar implicado en fraudes.

«Contra todas las reglas de cortesía diplomática, el embajador estadounidense me ha dicho: `si no le metes en la cárcel, tendrás que dimitir'», declaró el fiscal general afgano, Mohmmad Is'haq Alko.

«¿Es que las reglas de cortesía diplomática permiten amenazar a un fiscal general?», preguntó. GARA

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