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Maite SOROA | msoroa@gara .net

PP y PSOE fuerzan el exilio de Otaola

Regina Otaola, la alcaldesa impuesta al pueblo de Lizartza ha anunciado que tira la toalla y que se las pira. Parece que se ha enfadado y que ya no es de los suyos. Será por eso que llama la tención que (casi) nadie la homenajea en su despedida. Sólo en «El Plural», diario muy próximo al PSOE he encontrado una referencia al caso.

Javier Montilla, que firma como escritor, se refería a la marcha de Otaola como «una de las noticias más tristemente teñidas de dolor y de desolación, pero a la vez de grandeza, que han copado las páginas de los medios de comunicación en las últimas semanas». Un poco exagerado el tío, ¿verdad?

Según Montilla, la alcaldesa-trampa es «uno de los paradigmas de valor cívico y coraje en una tierra complicada». Pues que pregunte a las y los lizartzarras.

Reconoce el presunto escritor que «Otaola obtuvo la Alcaldía de uno de los feudos de la izquierda abertzale con veintisiete votos». Lo que sin duda constituirá un caso único en cualquier régimen que presuma de democrático. Eso no lo dice el juntaletras.

Afanoso por homenajear a su admirada, Montilla se pregunta de modo retórico: «¿Se imaginan ustedes qué supuso para Otaola que su primera decisión política fuera eliminar cualquier rastro de pintadas amenazantes hacia su persona y hacia los maketos?» Pues me imagino que una satisfacción inmensa. Pero lo de los «maketos» es, simplemente, falso.

Le duele al autor que haya quien critique a Otaola por fachendosa: «Lamentablemente, y es algo que me repugna, he leído todo tipo de atropellos y lindezas acerca de la seña ideológica de la alcaldesa cuyo único pecado ha sido llevar la libertad como estandarte». Olvida Montilla que el noventa y nueve por ciento de los lizartzarras no la admite como regidora, por muy Regina que sea.

Y para el final deja la trola magnífica. Acusa a tirios y troyanos de desmoralizarla y así «desgraciadamente, lo acaban consiguiendo. Porque en muchos casos sus tentáculos obligan a un exilio forzoso, como en el caso de Regina, que deberá abandonar el País Vasco para reinventar su vida». O sea que son PP y PSOE quienes le obligan a «exiliarse». ¡Ésta sí que es buena!

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