La Diputación Foral de Gipuzkoa destinará, tal y como hizo el pasado año, ayudas económicas a aquellos proyectos que difundan contenidos del ámbito de la cultura y el euskara mediante tecnologías de la información. Estas prestaciones se enmarcan dentro del programa Gipuzkoa 2.0, que persigue facilitar el uso en la red de los contenidos culturales que representan a la cultura vasca, y que sean a su vez, accesibles y compartidos por todos los usuarios de la red. En esta edición se destinarán, tal y como anunció la diputada de Cultura y Euskara, María Jesús Aranburu, más de 500.000 euros.

La ayudas se dividen en cuatro apartados, y se otorgarán a entidades sin ánimo de lucro que publiquen estudios o trabajos monográficos; a proyectos de desarrollo de servicios; a empresas que difundan los contenidos en euskara; y por último, a entidades sin ánimo de lucro que creen proyectos de difusión de contenidos de la cultura vasca y el euskara. Por otro lado, el director de promoción y difusión cultural, Haritz Solupe, advirtió de que no es «suficiente» con crear los contenidos digitales, sino que lo importante de este proyecto es hacer llegar todo eso al resto de consumidores, es decir, «compartir el material que se ha creado».

Una vez que las entidades hayan recibido la subvención, según explicó Aranburu, se les conceden dos años para que realicen el proyecto. Solupe puso como ejemplo los trabajos del año pasado, y destacó la creación de libros que guardan relación con la historia.

En cuanto a la accesibilidad, Aranburu subrayó que «más allá de volcar lo contenidos en la red», otras de las apuestas de la Diputación es que el usuario se haga con la información de una manera eficaz y rápida. «Antes, subvencionábamos unos contenidos y se editaban pero, nadie podía reutilizarlos. Ahora, -añadió Solupe- al año de haberlo publicado, en el caso de los trabajos monográficos, dejan en manos de la Diputación la capacidad de poder buscarle otra vía de reutilización». Por ejemplo, publicaciones de pequeñas tiradas que al poco tiempo acaban en bibliotecas y dejan de estar en el mercado. Por ello, persiguen poder «alargar la vida» a los trabajos. «Lo único que se les pide es que faciliten la accesibilidad técnica y legal a los contenidos».

La fecha para solicitar las prestaciones económicas finalizan el próximo el 28 de julio.