Desalojo de los activistas anti-TAV en Itsasondo
Desalojan a los encerrados en una mina en denuncia del TAV
El grupo Haitzuloetako Aurkariak anunció el jueves la acción de resistencia y alertó sobre el riesgo que suponía para los activistas seguir con las obras del TAV. Aun así, Red Ferroviara Vasca no cesó las obras, ni siquiera las explosiones. La Consejería de Interior de Lakua dice ahora que la Ertzaintza investigará «en qué momento han podido acceder estas personas a las minas».
Janire ARRONDO | DONOSTIA
«Orain ala inoiz ez! Itsasondoko meatzetan ertzainak daude AHTren aurkako ekintzaileak ateratzen hasteko prest. Denok Itsasondora! AHTri sua! Pasa mezua». Mensajes como éste circulaban ayer al mediodía de móvil a móvil alertando sobre el inminente desalojo de los cuatro activistas de las minas de Itsasondo. El aviso anunciaba una cita para las 16.00 de la tarde en la plaza de Itsasondo. Así, decenas de personas se acercaron a la pequeña localidad de Goierri para mostrar su apoyo a los activistas que iban a ser desalojados por la Ertzaintza desde las antiguas galerías mineras, lugar que habían elegido para encadenarse a bidones llenos de hormigón y enfrentarse al TAV.
Al mediodía, varias dotaciones de la Ertzaintza se acercaron al lugar «para inspeccionar la zona» y ya por la tarde llegaron los agentes de montaña de la Brigada Móvil. El desalojo resultaría dificultoso, debido a las características de la zona; estas minas están abandonadas, en algunos casos debido a la vegetación y en otros a que se encuentran anegadas de agua. La brigada especial de la Policía autonómica necesitó, además de la habitual indumentaria de montaña, una lancha acuática para atravesar una laguna de 60 metros y adentrarse en las cuevas. Así, hacia las 18.00 de la tarde, fueron desalojadas dos mujeres y hacia las 19.30 los otros dos varones. A esa hora, una marcha que salía de la plaza se dirigió hacia las minas al conocer la noticia del desalojo de las últimas dos personas. Se vivieron momentos de tensión con la Ertzaintza, aunque el incidente no llegó a más.
Fuera de las minas, un centenar de personas esperaban a los activistas para darles todo su calor y apoyo. Según informaron a GARA los del grupo de apoyo, los activistas se encontraban «cansados, pero bien». Todos ellos fueron trasladados al ambulatorio de Beasain para una revisión de su estado de salud y luego a la comisaría de la Ertzaintza, detenidos bajo la acusación de un «delito de desórdenes públicos, resistencia y desobediencia a la autoridad».
El primer día miembros del Haitzuloetako Aurkariak difundieron imágenes de los activistas bajo tierra, incluso el sábado hicieron público la localización exacta. Aun así, desde Lakua y la comisaría de Beasain afirmaron que «no constaba» que hubiera nadie en aquella zona. Ayer, queriendo mantener su postura, la Consejería de Interior informó de que la Ertzaintza está investigando el momento en que «han podido acceder estas personas a este lugar».
Cinco días de resistencia
Cuando el pasado jueves los cuatro activistas entraron y se inmovilizaron en las galerías mineras, a escasos metros del eje del trazado ferroviario y del núcleo de las voladuras, pocos se imaginaban que tendrían que permanecer durante cinco días en aquel lugar. Aunque tanto ellos como los del grupo de apoyo barajaban esta opción como una de las peores, no contaban con que siguieran las voladuras. Los activistas decidieron encararse al gigante proyecto desde las entrañas de la tierra y conscientes de que lo que estaba en juego era su vida. El jueves y el viernes por la mañana sintieron de cerca las explosiones, incluso hubo pequeños desprendimientos cerca de ellos. «Dejamos nuestras vidas en sus manos. Muchos creerán que estamos locos y no les falta razón», comentaban en un vídeo difundido.
El ingeniero técnico de minas Urdaspal Alberdi conoce estas minas ya que realizó un estudio geomorfológico sobre la zona. Desde el jueves Alberdi venía alertando de que «es inseguro, ya de por sí, estar en este lugar» y «más si siguen las voladuras». También el hidrogeólogo Iñaki Antiguedad puso sobre la mesa la gravedad del asunto.
El ingeniero Urdaspal Alberdi se personó en las obras de Mariaratz para informar de la situación y el viernes en el Juzgado de Tolosa para interponer una denuncia contra RFV y exigir la paralización cautelar de las obras. Ayer por la mañana, el ingeniero declaró ante el juez y pudo saber que éste no había recogido el atestado solicitado a la Ertzaintza. Alberdi insistió ante el magistrado sobre el peligro que corrían las vidas de los cuatro activistas. No se conoce si el desalojo llegó por orden del juez o por iniciativa de Lakua.
Para las 19.30 de la tarde los cuatro activistas encadenos en una mina antigua de Itsasondo fueron desalojados por la Ertzaintza. Durante cinco días se han enfrentado al TAV, y también al frío, a la humedad y a la oscuridad de las minas.
Miembros del grupo de apoyo que esperaban en la boca de la mina a sus compañeros, pudieron facilitar a dos de ellos gafas de sol para protegerse de la luz.
Durante la manifestación del domingo que se desarrolló bajo el lema «Desobedientziaz AHT gelditu!» , un grupo de personas llevó a cabo una sentada en las vías del tren de la estación de Beasain cortando el tráfico ferroviario.
Desde el pasado jueves, día en que los cuatro activistas se encadenaron en las minas, se ha reavivado la ilusión para la lucha contra el TAV. Así lo han hecho saber los mensajes de apoyo y solidaridad que han llegado hasta Itsasondo de diferentes puntos de Euskal Herria. Tanto el foro de la web del grupo Haitzuloetako Aurkariak, como el punto de información y encuentro habilitado en la plaza de Itsasondo han sido testigos de actos y movilizaciones. Decenas de personas se han concentrado todas las tardes en la plaza de Itsasondo y el domingo una multitudinaria manifestación recorrió las calles de Ordizia y de Beasain, donde un grupo de manifestantes paró un tren. También en Ormaiztegi hubo actos de protesta: varias personas bloquearon el paso de los trenes y realizaron pintadas contra el TAV. Más allá de Goierri, desde el primer día jóvenes de Iruñea se acercaron hasta Mariaratz y, además, se movilizaron en la capital navarra el viernes. También desde el punto de resistencia anti-TAV de Laginetxe, en Zornotza, se acercaron a Ordizia. Asimismo, en Donostia, el viernes repartieron 1.500 panfletos informativos y colgaron dos grandes pancartas en el puerto y en el Buen Pastor. Grupos políticos como Aralar o Berdeak-Los Verdes también se solidarizaron con los activistas. GARA