Desde hoy mismo, con la proyección de la película «Cadillac Records», la historia del sello Chess Records, se inicia la quinta edición del Hondarribia Blues Festival, quinto año en el que la programación se dirige, en lo posible, a traer nombres con amplia historia dentro del género. No hay pastiches, no hay tránsfugas, es blues sacado del mismo algodón.

El purismo del festival de Hondarribia es cosa de su director, Carlos Malles, quien, además, es parte de un grupo de blues llamado Midnight Shuffle. «Mis amigos y la gente de mi banda me dicen que soy un talibán del blues. La verdad es que soy bastante purista, cierto; pero, de todos modos, siempre tratamos de que el cartel quede lo más variado posible en lo que a estilos de blues se refiere. En cuanto a los veteranos, este año premiamos a Pinetop Perkins, que cumplirá nada más y nada menos que 97 años aquí, en Hondarribia. También programamos siempre una banda que nunca antes haya pisado nuestro país. En su día fue Janiva Magness, Zac Harmon y la gran revelación del año pasado, Dwayne Doopsie. Este año son los Cash Box Kings, una banda muy joven de Chicago que dará mucho que hablar», explica un entusiasta Malles.

Hondarribia Blues Festival cuenta con un componente didáctico y de aproximación al público. La estructura de programación deja claro que no todo es contratar músicos de innegable talento, sino integrar Chicago o el delta del Misisipi en las propias calles de Hondarribia. «Sí, creemos que para que la gente conozca bien lo que es el blues lo mejor es que haya mucha relación entre artistas y público. Es por eso que, aparte de los conciertos principales, programamos muchos conciertos pequeños donde hay una mayor comunión entre público y artistas u otras actividades como jam sessions o meet and greet. Aquí la gente tiene oportunidad de tocar junto a sus ídolos o preguntarles cualquier cosa de su vida privada. También hacemos conciertos pedagógicos para la infancia. Este año una banda de Chicago repartirá armónicas a los niños e intentarán enseñarles a tocar. ¡La que se va a armar!», apunta.

Mirada a la historia

Lo mejor para empaparse de lo que es y puede suponer la presente edición del Hondarribia Festival Blues es entrar en su página web, muy completa, leer las biografías e incluso ver las fotos de los invitados. Con todos esos datos en mano o a la vista, si se es aficionado al blues, o, simplemente, a la música, lo mejor es liar un plan para acercarse hasta la localidad..

En cuanto al pasado, que también sirve para explicar el presente, Carlos Malles repasa de esta forma algunos momentos: «El festival va a cumplir ahora la quinta edición y estamos en plena progresión. No obstante, y por ahora, el que más gente ha convocado ha sido John Mayall. Él fue el reclamo en la cuarta edición, aunque personalmente era el que menos me gustaba del cartel. Al final, la gran sorpresa fue el concierto de Zydeco de Dwayne Doopsie. Nunca antes se había visto una cosa igual por aquí y la gente se quedó literalmente alucinada. En cuanto al más emocionante, si te soy sincero creo que no ha habido un año en el que no haya acabado llorando. Por supuesto, nunca se me olvidará el primer año, cuando vi a Bob Margolin entonar el riff de `Hoochie Coochie Man' y pensé: `Joder, un `Hoochie Coochie Man' en mi pueblo, en Hondarribia'. Fue muy emocionante. Pero también fueron muy especiales los conciertos de Janiva Magness, James Cotton y Hubert Sumlin. Es gente muy humilde que te absorbe contándote sus anécdotas con Jimmi Hendrix, Steve Ray Vaughan o Muddy Watters. La verdad es que personalmente está siendo una experiencia increíble».

Hondarribia Blues Festival ha traído ya a buena parte de los mejores bluesman en activo, pero aún existen exclusivas posibles, como la reunión de leyendas del próximo sábado (Pinetop Perkins, Sugar Blue, Bob Margolin, Bob Stroger y Willie Big Eyes Smith). En cuanto a nombres para un futuro próximo, Carlos Malles no se desalienta. «¡Por qué no un año de estos Eric Clapton o BB King?». Y será capaz.