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Agustín Guereñu, ex Mugalari de Ruper Ordorika, debuta en solitario

En el circuito musical se le conoce como Gere, aunque su nombre de pila es José Agustín Guereñu, uno de los bajistas más sólidos y apreciados que han surgido de Euskal Herria, en concreto de Gasteiz, la ciudad que más sangre jazzera bombea. Tras cuatro años de trabajo dedicado, en lo posible, a «La gran casa», el disco se encuentra ya a la venta publicado por Gaztelupeko Hotsak. Gere lo presenta hoy en el Espolón de Bergara.

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Pablo CABEZA | BILBO

Escuchando los sonidos de «La gran casa» no cuesta entender por qué un día José Agustín Guereñu se enamoró de la locura de Jaco Pastorius y de la precisa confortabilidad del sonido de Weather Report.

Son referencias, pero la verdad es que, desde los días del fallecido Jaco y los mejores de la banda capitaneada por el teclista Joe Zawinul, han pasado muchos años y muchas cosas en la vida del gasteiztarra Gere, un bajista de contrastada calidad, que seduce a lo largo de su disco debut gracias a un sonido cuidado, limpio, redondo y repleto de matizes sobre cientos de formas del jazz-fussion.

José Agustín Guereñu nació en el barrio Ariznabarra en febrero de 1964. «Desde que puedo recordar -señala Gere- era el típico chaval al que le apasionaba la música. Me gustaba mucho y leía los créditos de los discos y las revistas que había entonces. En una ocasión, un amigo vio un anuncio de un grupo que necesitaban una persona para tocar el bajo y me animó a presentarme. Yo no sabía nada de música y, de hecho, no sabía qué era un bajo, pero tuve la fortuna de que los miembros de este grupo igualmente estaban empezando y tampoco tenían mucha idea. Comencé ensayando con una guitarra española a la que habíamos quitado las dos cuerdas agudas. El batería sólo tenía baquetas y tocaba golpeando el sofá».

La Noche/Ordorika

Fase fue su primer grupo, después se llamaron Nácar. En realidad, grupos de verbena. Tras nuevas experiencia en el mismo sentido y gracias al talento natural, Gere pasó a ser parte del trío de Angel Celada. De ahí surgió el grupo La Noche, que consiguió cierta repercusión en Euskal Herria. Con Ruper ha colaborado en diferentes épocas. «Lo que más recuerdo de esos días es que Ruper siempre tenía un criterio muy claro y trabajábamos mucho en la búsqueda de su concepto. A mí me gustó mucho la sonoridad que teníamos en la última época, creo entre 2002/2003. En Euskal Herria también he acompañado a Kepa Junkera, Naima Quartet, Mikel Erentxun, Andrzej Olejnicak, Álex Ubago...».

El prestigio de Gere iba en aumento. Sus dedos comenzaron a cotizarse. Llegó un momento en el que la mayor parte del trabajo le llegaba desde Madrid. Pasaba más tiempo fuera de casa que con su familia, así que, en 2004, decidió trasladarse a Madrid con toda su familia.

Con la Mondragón

En el 87, a Geru le ofrecieron ser parte de La Orquesta Mondragón; en esos años, en la cima de sus carrera. Coincidía que Gere se encontraba en Madrid realizando pruebas para entrar en la banda de Miguel Ríos, pero como lo de la Orquesta era fijo, de manera directa y sin pruebas, se fue con Gurrutxaga. Después funcionó el boca a boca y tocó en giras de artistas como Luz Casal, Ray Gómez, Álex Caporuscio, Stevie Zee, Amar Sundy, Red House, Gaby Jogeix, Bernard Lubat, Joan Báez, Salif Keita, Kepa Junkera, José «El francés» & Chonchi Heredia, Paloma San Basilio, Marta Sánchez, David Bustamante o Alejandro Sanz. No obstante, que ningún lector se mediatice con los nombres leídos, para bien o para mal, porque lo que ofrece Gere en «La gran casa» no tiene nada que ver con el universo de artistas populares que contratan a golpe de talón. Gere se ciñe al jazz-fussion y no se filtra ni una mota de polvo de ninguno de los nombres señalados.

Con todo, y por notar la solidez y aceptación del instrumentista en la música generalista, Gere ha participado en unos setenta discos de estudio, entre ellos una buena parte de la discografía de Alejandro Sanz, Joan Báez, Luz Casal, Javier Gurrutxaga, varios discos de Ruper Ordorika, Joan San Martí, Joxan Goikoetxea, Greta y los Garbo, Vainica Doble, Mónica Molina, Aute, Malú, Arturo Pareja Obregón, Sergio Dalma, Miguel Bosé, Manuel Carrasco, David De María... Un sinfín.

Pero, ¿pagan bien las estrellas? Gere lo aclara: «La verdad es que, al no haber convenios ni otro tipo de baremos que regulen nuestra profesión, se dan desproporciones muy llamativas. Además, tú mismo tienes que hacer de tu propio mánager y es muy difícil mantener una norma más o menos lógica, pero la verdad es que hasta el momento no debo quejarme, pues no me ha faltado trabajo y eso en el mundo de la música es para sentirse afortunado».

De Jaco a Sting

Ya hemos señalado el prefecto encauzamiento estilístico de «La gran casa»; sin embargo, los gustos musicales de Gere son variados. «Jaco Pastorius fue un genio, un músico muy completo. Como bajista hay un antes y un después con él. Teniendo un sonido y una identidad única y muy personal era a la vez el más cool, el más soul, el más funk, el más punk... Además era también un excelente arreglista y compositor. De Sting me gusta mucho su concepto tan claro de esencia, dinámica y las líneas que crea en compases partidos, consigue que bailen muy fácil, y Paul McCartney es un buen ejemplo de líneas muy al servicio de la canción, muy melódico. Siempre enriquece, como diría Arguiñano».

En «La gran casa», el jazz fussion, el taping y el funk, sin empalagar, son los territorios comunes. «Sí, soy producto de influencias muy diversas, tanto como músico como oyente, pues disfruto con estilos muy diferentes. Me gusta la libertad e improvisación del jazz, pero también la obsesión, la solidez del funk, el espíritu disconforme del rock...».

Su bajo se introduce en entornos del folclore andaluz, observa los setenta y se fija en las posibilidades de la txalaparta, como en «Euskal dantza». «Tenía ese arreglo hecho desde hace unos quince años aproximadamente. Kepa Junkera me encargó varios sobre danzas vascas para un proyecto que, al final, no llegó materializarse. Siempre me gustó como quedó y, en especial, esa pieza. Lo actualizé un poco y le pedí a Kepa que colaborara en la grabación, pues era lo más lógico. Él lo hizo muy gustosamente y dejó un trabajo muy bueno. Se puede escuchar al principio y al final una txaranga tocando en las fiestas del pueblo donde vivía. Echo de menos las raíces...», recuerda José Agustín Guereñu, Gere.

«La gran casa» se publica en edición estándar y una especial con sonido DTS, propio para los equipos home cinema

«La gran casa» se publica en soporte normal, pero también puede ser solicitado, en este caso en exclusividad vía tienda on line de Gaztelupeko Hotsak, bajo el protocolo DTS (cinco canales, seis altavoces), apreciable desde el ordenador adecuado o desde la mayoría de los equipos de tipo Home Cinema que mucha gente tiene en casa para ver películas.

Gere explica lo que puede ser la experiencia 5.1 en casa. «Si tienes el equipo adecuado en casa podrás apreciar la sensación de espacio que produce el tener la mezcla en cinco canales. Observarás, por ejemplo, cómo en temas como `La gran casa' o `Salsa de Buradón' los metales aparecen por los canales de atrás. En `Sals....' escucharás, además, la percusión detrás y la batería delante. En la intro de percusión de `Danzas vascas' tendrás la txalaparta y los tares (panderos turcos) atrás y el resto de la percusión delante, con lo que te dará la sensación de estar en medio de un grupo de percusión. El maravilloso solo de Armand Sabal-Leco en `Tribal dance' con un bajo piccolo lo escucharás también por detrás. Hay detalles más sutiles, como tener la caja de la batería en el frontal y su reverb en los canales de atrás, pero lo mejor es que los vayas descubriendo tú mismo y, sobre todo, espero que disfrutes y pases buenos momentos escuchando mi música. Gracias y un saludo».

La grabación de «La gran casa» ha llevado cerca de cuatro años. Un esfuerzo colosal en el que que el tiempo no encuentra fisuras por donde mostrar incoherencias. Cabe pensar que Gere ha tardado mucho tiempo en debutar en solitario, pero cuidar de esta forma un sonido, las composiciones, los arreglos, implicar a grandes músicos, no es tarea sencilla ni desde la logística ni desde el lado del presupuesto: «Habría hecho este disco mucho antes si hubiera tenido el dinero necesario, que es mucho incluso a pesar de la ayuda que me han brindado muchos amigos».

«La gran casa», «B Quiero», «La tormenta», «Potaje gitano», «Tarde de domingo en San Telmo», tan fílmica, o el portento final que es «Tribal dance» completan un gran disco de jazz que debiera de contar con la atención de los aficionados al género. También podría ser un ejemplo para los grupos noveles de jazz que graban un primer disco en el que se diluyen entre líneas dispares, composiciones erráticas, falta de concepto y sonido endeble. P. C.

CUERDAS

A los virtuosos del bajo, un mástil de cuatro cuerdas se les queda escaso en ocasiones. Gere no es una excepción, así que, según las circunstancias, por estilo y tipo de canción enfila con cuatro, cinco o seis cuerdas.

FESTIVALES

Este verano Gere está tocando con Amaia Montero y Pitingo, entre otros, pero su prioridad es presentar «La gran casa» en directo. Cabe esperar que en la próxima temporada de jazz en Euskal Herria Gere sea uno de los nombres preferentes.

Ficha

Lugar: Espolón de Bergara, dentro del circuito de jazz y blues de julio.

Fecha: Hoy, 22.30.

Disco: »La gran casa».

Edita: Gaztelupeko Hotsak. Ya en tiendas. Versión DTS 5.1 sólo por web: http://www.hotsak.com.

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