Hay una gran diferencia entre respetar las ideas de los demás y respetar sus decisiones. Para lo primero no hace falta sino tener dos dedos de frente o -fíjense en lo contradictorio que parece- ser un hipócrita de tomo y lomo; a fin de cuentas no se trata más que de una disertación, proceda ésta de un convencimiento razonado o de una calculada falsedad.

Esa doble moral no se puede conjugar cuando pasamos al campo de la toma de decisiones. Y eso es lo que les ocurre a los poderes estatales franceses y españoles cuando les llega la hora de respetar decisiones; entonces, se enrocan en sus cartas magnas, en argumentos historicistas convenientemente manipulados o en mayorías demográficas calculadas en base a intereses preconcebidos para pasarse el tan cacareado respeto por el Arco del Triunfo o por la Puerta de Alcalá.

Ante este estado de cosas, mañana se llevarán a cabo dos manifestaciones en Euskal Herria y en Catalunya. Estas dos naciones no se encuentran en la misma coyuntura sociopolítica, por mucho que ahora algunos políticos vascos quieran colocarse «al frente» de la movilización de Barcelona para salir en una fotografía cargada de pluralidad y con un respaldo popular que son incapaces de propiciar en su propio país. Acudir a Catalunya para expresar apoyo a sus reivindicaciones nacionales no está de más, pero conviene no perder el norte y aclarar que esa manifestación no ha sido convocada por el president Montilla, ni por CiU ni por ERC, sino por un colectivo ciudadano que promueve la defensa de la identidad nacional y defiende la capacidad de decisión de la nación catalana. Los convocantes de la manifestación de Donostia han aparecido bajo siglas políticas concretas, pero también han manifestado que su intención es impulsar un movimiento soberanista plural, por encima de intereses partidistas.

No obstante, mientras en Euskal Herria, como en Catalunya, se mantengan las disputas dialécticas, el derecho a decidir seguirá siendo un «respetable» lema de pancarta. Conviene decidirse y, luego, lograr que esa decisión sea respetada.