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Cristianos piden �recuperar la palabra para reivindicar que no haya m�s mordazas�

Creyentes cristianos se concentraron ayer ante la catedral de Santiago, en Bilbo, para expresar su rechazo al �proceso de involuci�n� que estiman que est� detr�s del nombramiento de los �ltimos obispos y la censura a los te�logos Joxe Arregi y Jos� Antonio Pagola, entre otros.
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Agust�n GOIKOETXEA |

La plaza de Santiago, junto a la puerta de la catedral de Bilbo, fue escenario ayer a la tarde de una concentraci�n con la que los presentes �pidieron la palabra� para reivindicar �los m�s elementales derechos humanos en el interior de la Iglesia� cat�lica. Quienes acudieron a la cita, bajo el ep�grafe �Yo tambi�n pido la palabra�, pegaron textos de denuncia en la puerta del templo y reivindicaron, por ejemplo, �que no haya m�s mordazas en nombre de la Comuni�n y de la Comunidad�.

En el texto le�do por los convocantes de la iniciativa, entre los que se encontraban integrantes de movimientos de base como Redes Cristianas y Kristau Sarea que ya se han manifestado en otras ocasiones reclamando una mayor apertura en los �rganos eclesi�sticos, insistieron en que es tiempo de recuperar la palabra en el seno de la comunidad diocesana para �denunciar estructuras injustas y procedimientos `oscuros' y prepotentes que nos impiden vivir como comunidad de hermanos, poseedores de igual dignidad, llamados a vivir y a construir libertad y fraternidad y para recordar a nuestros pastores -en referencia a la jerarqu�a, empezando por los obispos- la palabra de Jes�s: `sab�is que los que son tenidos como jefes de las naciones las dominan como se�ores absolutos y las oprimen con su poder. Pero no ha de ser as� entre vosotros, sino que el que quiera llegar a ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor'�.

Censuraron que se proh�ba expresarse a voces alejadas de la doctrina oficial, como te�logos progresistas como Jos� Antonio Pagola, Juan Masi�, Jon Sobrino, Jos� Mar�a Castillo o Casiano Floristan; siendo el �ltimo el franciscano Joxe Arregi, a quien se orden� silencio y ahora el obispo de Donostia, Jos� Ignacio Munilla, pretende imponer el destierro, tal y como el tambi�n profesor de la Universidad de Deusto se ha encargado de dar a conocer a la opini�n p�blica, especialmente a la comunidad cristiana.

�El intento de nuestros pastores de evitar errores doctrinales en nombre de la `comuni�n' se est� convirtiendo con demasiada facilidad en una estrategia incuestionada para aniquilar al diferente, siempre m�s d�bil ante la instituci�n y el autoritarismo de nuestros jerarcas; as�, �nicamente, debilitan y hieren todav�a m�s a la Iglesia�, defendieron.

Antes, criticaron que la palabra comience a estar prohibida en el seno de la Iglesia �bajo la excusa de mantener la doctrina recogida en catecismos, dogmas y c�digos, el miedo a la diversidad, a la complejidad, a la p�rdida de poder de algunos -apostillaron-, acalla las voces y se amordaza la experiencia de libertad y di�logo en nuestra Iglesia y con el mundo�.

Los promotores de la protesta de Bilbo recordaron que desde los or�genes de la Iglesia se �puso freno a la peligrosa tentaci�n del poder doctrinal�, aunque tambi�n se remitieron a un pronunciamiento del actual Papa en 1962, cuando Joseph Ratzinger escribi� al respecto que: �La Iglesia necesita del esp�ritu de libertad y de franqueza en su vinculaci�n a las palabras: `No exting�is el esp�ritu'... Si fue flaqueza de Pedro negar la libertad del Evangelio por miedo a los adeptos de Santiago, su grandeza estuvo en aceptar la libertad de San Pablo que le `resisti� cara a cara'. La Iglesia vive hoy todav�a de esta libertad que le abri� el camino al mundo pagano�.

Mirando al Concilio Vaticano II, alejado del actual episcopado, por ejemplo de Munilla y de otros movimientos neoconservadores tan en boga, los concentrados afirmaron que �la Iglesia necesita el di�logo teol�gico y cultural para saber transmitir adecuadamente, en cada lugar y momento de la historia, el evangelio de Jes�s. Si la Iglesia confunde la ciencia teol�gica con la repetici�n de los formulados del catecismo se ver� avocada a un empobrecimiento fatal que terminar� por hacer irrelevante el evangelio y terminar� intoxicando o ahogando la buena noticia con rancias y caducas expresiones culturales�.

Sin voz

Los concentrados censuraron que se proh�ba expresarse a voces alejadas de la doctrina oficial, como los te�logos Jos� Antonio Pagola, Joxe Arregi, Juan Masi�, Jon Sobrino y Jos� Mar�a Castillo.

Sin relaci�n

Los convocantes de la concentraci�n de ayer no tienen relaci�n con la misiva enviada al Nuncio del Vaticano por 677 integrantes de la comunidad diocesana vizcaina contrarios a la elecci�n de Mario Iceta como obispo titular.

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