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Quinta etapa

Cavendish reconduce su ira

El velocista de la Isla de Man volvió a encontrar su demoledor golpe de pedal en el esprint tras una temporada personal muy delicada.

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Jon ORMAZABAL

Acostumbrado a levantar los brazos y a ser agasajado en el podio -el año pasado consiguió seis en el Tour-, las lágrimas de Mark Cavendish en Montargis daban a entender que la de ayer no era una victoria más. Y es que, tras sus exhibiciones de la pasada temporada, los últimos meses han sido una tortura para el velocista de la Isla de Man y ayer por fin consiguió no sólo reencontrarse con ese demoledor golpe de pedal de los últimos metros, sino que se quitó un gran peso de encima, tanto como lágrimas cayeron por sus mejillas.

Y es que, en un deporte tan sacrificado y exigente, más en el caso de un esprínter que se juega el trabajo propio y el del equipo en unos pocos segundos, los últimos meses del ciclista del Columbia han sido para olvidar. Problemas bucales con una muela, la ruptura sentimental con su novia, el fallecimiento de la abuela junto a la que se había criado, un grave accidente de moto de un amigo y la encarcelación de su hermano habían compuesto un coctel explosivo que lo tenían bloqueado -como en el esprint del miércoles- o que lo llevaba a realizar acciones como el corte de mangas que realizó a la prensa cuando consiguió el triunfo en Romandia -su equipo lo expulsó de la carrera-. Las caídas producidas y sufridas en las últimas carreras también habían creado cierta animadversión hacia su persona en el pelotón.

La forma en la que abandonó la pelea por la victoria en Reims, tras el trabajo que había realizado su equipo, parecía la señal definitiva de que éste no era el Tour de Cavendish, pero ayer todo cambió.

Cuando estaba apunto de tocar fondo, el británico supo reconducir su ira y, tras aprovechar el trabajo realizado por su compañero Mark Renshaw, que le fue limpiando la carretera de corredores de otros equipos, la puso en los pedales para dejar atrás a Ciolek y Boasson, con los que se jugó el triunfo -Petacchi no entró en la lucha- y a los que se impuso con autoridad.

Calor y escapada

Pese a que en los dos últimos kilómetros el Columbia no pusiera ese tren imparable de otros años, el equipo alemán controló durante toda la jornada una etapa en la que la orografía y el bochornoso calor también pusieron de lo suyo para que no hubiera excesivos sobresaltos.

La posibilidad de jugarse el triunfo en el esprint final se palpaba prácticamente desde la salida, lo que hizo que fueran pocos los que se animaran a probar fortuna desde lejos.

El perfil contaba con dos puertos de cuarta categoría de inicio y fue allí donde se fraguó la aventura consentida por el pelotón. Van De Walle (Quick Step), El Fares (Cofidis) y José Iván Gutiérrez ( Caisse) conformaron la escapada que en el paso de esa segunda cota llegó a tener una renta de 11 minutos que ponía líder virtual al campeón de España.

Sin embargo, el pelotón controló y calculó muy bien su desventaja y, pese al último intento del cántabro, propició el esprint que ganó Cavendish.

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