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Crisis política en Bélgica

El independentismo flamenco certifica el bloqueo político belga

El líder del partido independentista flamenco NV-A, Bart de Wever, confirmó las dificultades para avanzar en la formación de un Gobierno de coalición en Bélgica y, tras presentar su informe al rey Alberto II, quien le había encomendado explorar las vías en ese sentido al haber sido la opción política más votada en las elecciones parlamentarias de junio, pidió ser relevado de su misión. El monarca encargó al valón Elio di Rupo (PS) esa tarea.

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GARA | BRUSELAS

Las negociaciones para la formación de un Gobierno tras las elecciones parlamentarias del pasado 13 de junio en Bélgica siguen sin tener éxito debido a las enormes diferencias entre las dos comunidades que integran el Estado, flamencos y valores, en cuestiones clave, reconoció ayer el líder independentista flamenco Bart de Wever, cuyo partido, el NV-A, fue la indiscutible vencedora de los comicios tanto en Flandes como en el conjunto del Estado.

«Existen puntos convergentes entre los partidos, pero no son suficientes como para formar un Gobierno» de forma inmediata, declaró a los medios de comunicación De Wever tras entregar al rey Alberto II su informe sobre las perspectivas para conformar un Ejecutivo de coalición.

La formación que dirige De Wever fue la más votada en las pasadas elecciones y su líder fue nombrado «informador» y recibió del monarca el encargo de explorar las vías en ese sentido.

El político independentista flamenco no consiguió los apoyos necesarios en el plazo previsto y al presentar ayer su informe al rey pidió ser relevado de su misión.

Medios de comunicación belgas y flamencos habían adelantado durante la tarde la posibilidad de que el líder del Partido Socialista, el valón Elio di Rupo, ganador de los comicios en Valonia, fue quien le sustituyera a De Wever en esa labor.

Después de tres horas de reunión con el monarca, Alberto II designó a Di Rupo «preformador», nombramiento que éste aceptó pero cuya labor no se augura nada fácil.

Por las declaraciones realizadas horas antes por Bart de Wever parecía que el terreno no está todavía lo suficientemente despejado para que al líder del PS le fuera confiada ya la misión de «formador» que le abriría el camino al cargo de primer ministro. Un puesto que no ha sido ocupado por un francófono desde 1970, pero que no se descarta que recaiga en manos de Di Rupo. El propio De Wever manifestó tras saberse vencedor de las elecciones que no tenía ningún interés en acceder a ese cargo y no descartó dejarlo en manos valonas.

Cuestiones delicadas

En estas últimas semanas, el NV-A y el PS han ido acercando posiciones en materia económica, pero no parece que han progresado en las cuestiones más delicadas relacionadas con los conflictos entre ambas comunidades, relacionados sobre todo con Bruselas-Halle-Vilvoorde (BHV), y con las demandas de mayor autogobierno por parte de los flamencos, que se consideran infravalorados en las instituciones belgas. Dos asuntos que han provocado un bloqueo permanente y recurrentes crisis políticas, que han llevado a la paralización del sistema institucional de Bélgica.

Bart de Wever y Elio di Rupo habrían chocado especialmente en la cuestión del distrito electoral bilingüe de BHV, en el que confluye el conflicto entre flamencos y valones, y que Flandes exige eliminar. Este distrito se haya situado en Flandes pero en el que unos 100.000 habitantes valones pueden votar a partidos de su comunidad, lo que es considerado como un agravio por los flamencos.

En su comparecencia ante los medios en el Parlamento, Bart de Wever dijo estar satisfecho del trabajo realizado, aunque admitió que «las cuestiones pendientes de resolver -que no quiso citar- son extremadamente difíciles». Afirmó haber que NV-A y PS «hemos trabajado juntos de forma constructiva», pero que en sólo tres semanas es difícil ponerse de acuerdo en todo.

En cuanto a una posible coalición, De Wever aseguró no tener «ninguna recomendación» al respecto, porque «ésa es la etapa de formación», la que ahora va a acometer Di Rupo.

Tres desafíos

El líder independentista flamenco insistió, no obstante, en que las tareas del nuevo Gobierno deben ser la reforma del sistema judicial, la revisión de la política de asilo e inmigración y el saneamiento de las cuentas públicas.

De cara al nuevo Gobierno, el ala flamenca del Gobierno de Bélgica debería estar integrada por los tres partidos que lideran el Ejecutivo regional de Flandes, el NV-A, los socialistas y los cristiano-demócratas del CD&V. En el lado valón estarían el PS, los demócrata cristianos del CDH y una tercera formación aún por determinar, que podrían ser los verdes de Ecolo -que gobiernan en Valonia junto al PS y al CDH- o el partido liberal francófono MR -en la mayoría saliente-.

El CD&V agradeció a De Wever su trabajo, aunque inconcluso, e instó al resto de partidos a dar pasos positivos y constructivos.

Cuestionan la legitimidad de Leterme en la UE

El diputado eurófobo británico Nigel Farage cuestionó el miércoles la legitimidad del dimisionario primer ministro belga, Yves Leterme, para presidir interinamente la Unión Europea (UE) mientras su país «está a punto» de estallar. «No tiene legitimidad aquí, señor Leterme», declaró el líder del Partido por la Independencia del Reino Unido (UKIP), que reclama la salida de Gran Bretaña de la UE, durante la presentación en el Parlamento Europeo de las prioridades de la Presidencia belga de turno.

«Es extraordinario -añadió- que un país que está a punto de partirse en dos diga en los próximos seis meses a otros 26 estados miembros lo que deben hacer».

«Nigel Farage es la fruta podrida del árbol de la democracia europea», respondió el eurodiputado socialista belga Marc Tarabella, al tiempo que reconoció que Bélgica, con un Gobierno «en gestación», es «menos fuerte».

No es el primer golpe de efecto de este eurodiputado en Estrasburgo. En marzo, comparó al presidente de la UE, el también belga Herman van Rompuy, con una «bayeta húmeda» e insultó a su país de origen. El presidente de la Eurocámara, Jerzy Buzek, le impuso entonces 3.000 euros de multa. AFP

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