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Juan Mari Beldarrain Miembro de Eguzki

El PSOE y la «alternativa» del quinto contenedor

Las iniciativas, primero, de Usurbil y, luego, de Hernani y Oiartzun, a pesar de sus imperfecciones, que seguro que las tienen, pero, sobre todo, a pesar de la extorsión a que han sido sometidas y la enorme alarma social generada con premeditación y alevosía por el lobby proincinerador, están proporcionando unos resultados que ni los más optimistas podían esperar

El secretario general y el secretario de Medio Ambiente del PSOE en Gipuzkoa, Iñaki Arriola y Denis Itxaso, respectivamente, han protagonizado hace unos días una comparecencia pública para anunciar que su partido no implantará el sistema de recogida puerta a puerta en los municipios que gobierne y que, por contra, potenciará «la alternativa» del quinto contenedor para los restos orgánicos.

Aunque el mensaje en sí no es novedoso, los términos y el contexto en el que está planteado ponen de manifiesto hasta qué punto las iniciativas de recogida de orgánicos puerta a puerta desarrolladas en Usurbil, Hernani y Oiartzun han supuesto un vuelco en un juego en el que los tahúres no se resignan a cambiar su baraja de cartas marcadas. Merece la pena analizarlo...

El Plan Integral de Gestión de los Residuos Urbanos de Gipuzkoa (PIGRUG) es, básicamente, un plan de incineración. Ya pueden decir misa sus promotores, que la prueba del algodón, o sea, a qué se destina el dinero, no engaña: el 75% del presupuesto del PIGRUG está destinado a construir la incineradora. Que esto sea así, no impide que el Plan, ya sea porque la ley así lo exige, por márketing verde o, por qué no, por convicción al menos de algunos de sus promotores, incluya otras medidas, entre ellas, la del quinto contenedor destinado a la recogida de residuos sólidos urbanos.

Estaba previsto que este contenedor empezase a implantarse en 2007 y que, para 2008, toda Gipuzkoa pudiese contar con su servicio. Sin embargo, ¿cuál es la situación en julio de 2010? Pues que sólo seis localidades cuentan con él: Azpeitia, Azkoitia, Zarautz, Zumaia, Aretxabaleta y Donostia. Esta última, muy parcialmente, sólo en el barrio de Amara.

Curiosamente, el PSOE, que dice ahora que apuesta por la «alternativa» del quinto contenedor (que, en realidad, no es tal «alternativa», porque, tal y como hemos visto, está prevista dentro del PIGRUG y, de hecho, debería estar ya implantada) no gobierna en ninguno de estos municipios, a excepción del de Donostia. Y este caso, el de Donostia, merece especial atención...

Ya hemos dicho que se trata de una implantación parcial, en la que participan cerca de 2.000 familias. Cuando se puso en marcha la experiencia, el propio Denis Itxaso afirmó que el objetivo era pasar del «Amara composta» al «Donostia composta», dando a entender que existía voluntad para extender el servicio al conjunto de la ciudad. Sin embargo, en noviembre de 2009, pudimos leer en la prensa con estupor que el Ayuntamiento, en contra de lo anteriormente manifestado por Itxaso, no sólo no tenía previsto ampliar el servicio a otros barrios, sino que estaba estudiando la posibilidad de eliminar el quinto contenedor de Amara. El Consorcio de Residuos iba a dejar de financiar el servicio, cuyo coste debería a ser asumido en adelante por las arcas municipales. En estas circunstancias, el Ayuntamiento consideraba que «la experiencia piloto llegaba a su fin» y afirmaba que «estudiaría su rentabilidad». Afortunadamente, las reacciones ante semejante tomadura de pelo a quienes habían participado en la iniciativa con la mejor voluntad del mundo no se hicieron esperar y el Ayuntamiento reculó.

Recordar estas cuestiones nos puede venir muy bien para calibrar la sinceridad de la ahora cacareada apuesta del PSOE por la «alternativa» del quinto contenedor. Una «alternativa» que, «sorprendentemente», no ha impulsado en los últimos años, ni siquiera en Orereta, por poner un ejemplo, un municipio que durante tanto tiempo ha convivido con el problemón del vertedero de San Marcos y en el que una iniciativa del Ayuntamiento en este sentido hubiese contado a buen seguro con una excelente respuesta por parte de una población muy sensibilizada. Y no sólo no ha impulsado el quinto contenedor, en general, cuando ocasiones no le han faltado, sino que, todavía a finales del año pasado, estaba dispuesto a poner punto final a la experiencia en el único lugar en el que, siquiera parcialmente, lo había hecho.

¿Qué ha cambiado, pues, en los últimos meses para que el PSOE agite la bandera de la «alternativa» del quinto contenedor y la utilice como munición contra el puerta a puerta? Pues, sencillamente, que las iniciativas, primero, de Usurbil y, luego, de Hernani y Oiartzun, a pesar de sus imperfecciones, que seguro que las tienen, pero, sobre todo, a pesar de la extorsión a que han sido sometidas y la enorme alarma social generada con premeditación y alevosía por el lobby proincinerador, están proporcionando unos resultados que, confesémoslo (y nosotros los primeros), ni los más optimistas podían esperar. El escenario ha cambiado radicalmente y es este cambio el que ha obligado al PSOE a presentar como «alternativa» un servicio en realidad ya previsto y que, por desinterés o incapacidad, no ha impulsado hasta ahora.

En su comparecencia, Arriola e Itxaso continuaron echando leña al fuego de la alarma social, como cuando dijeron que el puerta a puerta «roza la insalubridad». ¿Es más insalubre que la incineradora? O, para que la comparación sea más fácil de visualizar, ¿es más o menos insalubre que el puerta a puerta sin separar los residuos que, por ejemplo, padecen los vecinos (y visitantes) de la Parte Vieja de Donostia?

Pero, como hemos dicho, no es ésta la madre del cordero. La madre del cordero es que el escenario ha cambiado, y la comparecencia de Arriola e Itxaso nos da la medida de hasta qué punto lo ha hecho. El primero lo dejó claro: «Gipuzkoa corre el riesgo de que cada comarca opte por una salida propia». Le faltó añadir esto: ¡Ay! ¡Con lo que hemos hecho nosotros para que todas pasen por el aro y opten por una sola! La nuestra, claro.

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