GARA > Idatzia > Mundua

Los fantasmas de la historia resurgen en el Río Bravo

Dabid LAZKANOITURBURU | Periodista

Obama recurre la ley que convertía en sospechosos a los dos millones de latinos -generalizando, mexicanos- que viven en Arizona. Tranquiliza así a las organizaciones de derechos civiles, que temían su inminente entrada en vigor. Y envía una señal a posibles émulos y admiradores confesos de la racista gobernadora Jan Brewer.

Estos, desde la bancada republicana, han montado en cólera y, tras denunciar la intromisión del Gobierno federal en las políticas de los estados -una cuestión sensible en el imaginario político de EEUU-, airean la amenaza del narcotráfico mexicano y acusan a la Casa Blanca de no hacer lo suficiente para sellar la frontera.

Como si el narcotráfico no nutriera sus mortíferos arsenales en el gran zoco de armas en que se ha convertido EEUU. Como si sus ciudadanos no fueran los principales consumidores de las drogas con las que aquéllos trafican. Como si EEUU no hubiera utilizado históricamente el narco como quinta columna en su lucha contra las guerrillas latinoamericanas.

El narco se ha convertido en un monstruo que amenaza ahora a sus impulsores, EEUU y México.

Pero el carácter de Estado fallido de México no es obra exclusiva del actual narco. Sin tener que remontarnos a la conquista española, comenzó en el siglo XIX, cuando EEUU arrebató por la fuerza a México más de la mitad de su territorio: Texas, California, Nevada, Utah, Colorado, Nuevo México, Wyoming y, paradojas, Arizona.

Casi dos siglos después, la historia se cobra cumplida venganza. Los mexicanos vuelven a casa. Realmente nunca la abandonaron. ¿Quién es allí el inmigrante?

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo