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«Nazio gara. Autodeterminazioa»

Demostración de solidaridad y fuerza soberanista en Donostia

Más de diez mil personas respondieron ayer en Donostia al llamamiento de la izquierda abertzale, EA y Alternatiba en defensa de que Euskal Herria es una nación y del derecho de autodeterminación. La cabeza de la marcha partió del túnel del Antiguo entre gritos de «independentzia» pasadas las 17,40. Cuando casi una hora después los portadores de la pancarta llegaron al quiosco del Boulevard, la cola todavía estaba pasando por delante de la catedral del Buen Pastor.

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Iñaki IRIONDO | DONOSTIA

A las cinco de la tarde el termómetro marcaba 28 grados en las inmediaciones del Cántabrico. Todo invitaba a encerrarse en casa y sestear con la persiana bajada o a tratar de buscarse un hueco en cualquiera de las playas que en ese momento se encontraban en su mínima expresión debido a la pleamar.

La única alternativa «sensata» a cualquiera de estos planes de holganza pasaba indudablemente por Iruñea y sus fiestas de San Fermín. Reposición de vestuario limpio y vuelta a la jarana.

Sin embargo, está claro que el vasco, además de ser un pueblo que canta y baila a ambos lados de los Pirineos, es también un pueblo con una enorme conciencia política y un alto grado de militancia.

Sobre las 17,10 se pudieron ver las primeras ikurriñas asomar en la barandilla que desde las cercanías del túnel del Antiguo dan hacia la playa de Ondarreta. De inmediato, como si aquellas banderas le hubieran dado la salida, apareció sobre el cielo de la bahía el helicóptero de la Ertzaintza. Otros efectivos se agolpaban desde hacía tiempo en sus furgonetas y se distribuían por distintos puntos de Donostia, probablemente pasando mucho calor. Los responsables políticos de Interior sabrán porqué les hicieron trabajar en festivo ante una manifestación que en todo momento se sabía absolutamente pacífica.

Según se acercaba la hora de la convocatoria, no sólo hubo gente que abandonó la playa, sino que desde la calle Matía empezaron a llegar hacia el punto de salida cientos y cientos de personas. Pronto se cortó la carretera y se formó un cordón de seguridad que dejó en medio un espacio para la prensa y los dirigentes de las formaciones convocantes.

Llegaron juntos y, un detalle, durante todo el recorrido dieron muestras de mucha complicidad. En los grupos de conversación que siempre se forman en estos casos se entremezclaban dirigentes de EA, Alternatiba y la izquierda abertzale.

«Independentzia», en el túnel

Pello Urizar, de EA, Marian Beitialarrangoitia, de la izquierda abertzale, y Oskar Matute, de Alternatiba, hicieron unas primeras declaraciones a los medios marcando el sentido de la convocatoria. Junto a ellos podía verse a otros dirigentes de las tres formaciones y de otros colectivos que se adhirieron a la marcha. Jonathan Martínez, Rufi Etxeberria, Unai Ziarreta, Ainhoa Etxaide, Maiorga Ramírez, Eugenio Etxebeste Antxon, Ikerne Badiola, Mariano Alava, Iñaki Olalde, Amparo Lasheras, Koldo Amezketa, Txelui Moreno, Juanjo Agirrezabala, Aitor Bezares y un largo etcétera.

Sobre las 17,40 comenzó a desplegarse la pancarta con el lema de la manifestación -«Nazioa gara. Autodeterminazioa»- portada por militantes de las formaciones convocantes. Caras conocidas en el ámbito de sus partidos pero sin especial relevancia pública. Y en el túnel del Antiguo se hicieron atronadores los gritos de «independentzia».

Al tiempo que la cabecera avanzaba por el túnel la salida se iba cerrando por otros cientos de personas, muchas con ikurriñas, que se agolpaban al otro lado. Ya empezaba a verse que a pesar de los factores meteorológicos, festivos y vacacionales, la manifestación iba a ser muy grande.

Desde la salida del túnel, por todo el paseo de La Concha, habías hileras de personas que tras aplaudir al paso de la pancarta, se incorporaban después a la manifestación. Y, de esta forma, una enorme bandera navarra que al inicio se encontraba en las primeras filas, al llegar a la calle San Martín estaba ya a más de seis minutos de la cabecera.

«Presoak, Euskal Herrira»

La consigna de «independentzia» fue la más escuchada a lo largo de todo el recorrido. Pero también sonaron con fuerza los gritos de «Presoak kalera, amnistia osoa» y «Euskal presoak, Euskal Herrira».

Al paso por el antiguo Palacio de Justicia de la calle San Martin, la presencia de la bandera española no gustó mucho a los manifestantes y se pudo escuchar con fuerza que «ikurriña bai, española ez».

A la altura de la catedral del Buen Pastor todavía había gente en las aceras para sumarse a la marcha. Ikurriñas, senyeras, incluso alguna bandera de Flandes y gente, mucha gente. Militantes independentistas llegados de toda Euskal Herria, incluso desde Iruñea, ciudad en la que para muchos de sus habitantes dejarla durante sanfermines es prácticamente un sacrilegio. Caras conocidas, veteranos curtidos ya en mil batallas, pero también jóvenes y parejas que hacían el recorrido empujando el carrito familiar.

Entre tanto, los conductores de los coches atrapados en los cruces empezaban a impacientarse. Al parecer los responables del tráfico en Donostia no esperaban que la manifestación fuera tan numerosa y que las calles principales del centro de la ciudad se vieran cortadas durante veinticinco minutos, convirtiéndose para muchos vehículos enuna verdadera trampa en la que no cabía moverse ya en ninguna dirección.

Cuando la pancarta llegaba al quiosco del Boulevard, la cola pasaba todavía frente al Buen Pastor. Jonathan Martínez, de Alternatiba, se encargó de dar la bienvenida a los asistentes y recordar el motivo de la convocatoria. Saludó al pueblo catalán y recordó la convocatoria que a esa misma hora se estaba desarrollando en Barcelona. «Dos naciones, dos lemas y un mismo objetivo», afirmó.

Los bertsolaris Jon Maia y Amets Arzallus fueron los siguientes en subir al quiosco. Maia habló de una ola que partía del Cantábrico y rompía en el Mediterráneo, y recordó la vieja canción de Luis Llach invitando a empujar por un lado y por otro para hacer caer la estaca. Arzallus hizo referencia a lo mucho que ha sufrido este tiempo y a que para empezar el tiempo de la victoria, nunca es tarde. Ambos hicieron menciones a «la roja» para reiterar que Euskal Herria seguirá de pie en el centro del campo hasta que se le reconozca en todo el mundo.

Tras las intervenciones políticas, el acto se acabó con el canto del Eusko Gudariak. Después llegaron los comentarios sobre la buena sensación que había dejado la manifestación, tanto por la elevada participación, como por el reencuentro con personas que hacía tiempo que no acudían a estas convocatorias.

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según los cálculos efectuados por este diario siguiendo su habitual método de recuento. La marcha tardó unos 25 minutos en pasar por un punto intermedio, con una media de unas 400 personas por minuto.

«Quienes apostamos por el derecho a decidir ya no tenemos ninguna excusa para no trabajar»

El nuevo parlamentario de Eusko Alkartasuna, Juanjo Agirrezabala, y la alcaldesa de Hernani, Marian Beitialarrangoitia, fueron los encargados de leer el manifiesto final en el que se afirma que «Euskal Herria está en marcha por un nuevo escenario político con firmeza, compromiso y determinación». Se hace un llamamiento a todos los agentes políticos, sociales y sindicales a «trabajar para tejer alianzas, superar desconfianzas y a caminar en la misma dirección. Desde el respeto a cada identidad, a los ritmos propios y diferenciados, sí, pero en la misma dirección, porque quienes apostamos por el derecho a decidir no tenemos ya ninguna excusa para no trabajar seriamente y de manera conjunta». En el texto se recuerda que la sentencia del TC sobre el Estatut de Catalunya demuestra que «el modelo autonómico actual o su eventual reforma son instrumentos para neutralizar o asimilar la voluntad de Euskal Herria y Catalunya en un marco constitucional que cierra las puertas a la voluntad popular y constituye una trampa para asimilar nuestras soberanías en una unidad indivisible española». Por ello, los convocantes invitaron a tenerlo en cuenta «para no caer ante los cantos de sirena de sectores políticos que continúan empecinados en la defensa de reformas estatutarias tramposas».

En opinión de las fuerzas convocante, la manifestación de ayer fue «un pivote más en el camino por el reconocimiento nacional, por la soberanía de Euskal Herria entendida como capacidad para decidir nuestro futuro sin hipotecas ni chantajes».

Precediendo a la lectura del manifiesto final intervino Elisenda Paluzie, de la Plataforma pel Dret de Decidir que está organizando las consultas independentistas en Catalunya, en la que ya han participado más de 600.000 personas de las que un 90% ha votado por la independencia. Elisenda Paluzie se esforzó por hablar en euskara para agradecer la solidaridad con Catalunya y reconoció tener el sentimiento dividido, por no poder estar en la manifestación de Barcelona, pero al tiempo estar muy contenta viendo la respuesta en las calles donostiarras. Colocó una «estelada» en el atril e invitó a seguir en la lucha por la consecución de un estado. I.I.

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