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Jon Odriozola Periodista

El Estado de Desecho

 

A Jose Luis Elkoro et alli

Transcribo y resumo un comunicado de Socorro Rojo Internacional referente a la situación de dos presos políticos, uno vasco y otro burgalés, el primero de ETA y el segundo de los GRAPO:

El 8 de julio se cumplieron 30 años -¡30 años!- de la detención y encarcelamiento del zornotzarra Jose Mari Sagardui Gatza. Es el preso político que más tiempo lleva encarcelado en Europa. Ya tenía que estar en la calle, como Jon Aldana Zelaia o Manuel Pérez Martínez, secretario general del PCE(r), pero se les instruyen apócrifos sumarios o se inventan la «doctrina Parot» o fabrican delitos como los episodios que tuvieron a Iñaki de Juana Chaos como protagonista involuntario. No se tiene constancia de que en Europa nadie llegue a estar tanto tiempo preso e incluso hay países donde impera la cadena perpetua -Estado francés, Alemania- pero ésta se somete a revisión a los 15 años de prisión.

El pasado 8 de mayo el preso político antifascista Miguel Angel Bergado, de origen campesino, cumplió 29 años -¡29 años seguidos!- encarcelado. Es, junto a Gatza, el que ostenta el siniestro récord de «veteranía» en las mazmorras españolas. Somos los mejores en fútbol y en esto. Somos la envidia de Europa. Ni siquiera Mandela estuvo tanto tiempo entre rejas. Ni tampoco bajo el régimen franquista nadie estuvo tanto tiempo en la cárcel. Esto sólo es posible en el... Estado de Derecho como sinónimo de «democracia». Otro récord para el Guiness. La «democracia en España»,esa «dimensión desconocida», «The Twilight Zone» (una espléndida serie norteamericana de ciencia ficción de los años 60 del siglo pasado).

Vivimos en una falacia permanente. El concepto «Estado de Derecho» -de orígenes prusianos- ya se utilizaba en los años 50 en pleno franquismo. Y ello para legitimarse y cohonestar su imagen de cara a la opinión pública internacional y la Europa burguesa de los mercaderes. De un lenguaje con regusto tradicionalista que hablaba de «Fueros» y unas «Cortes Españolas» de sabor guildista y corporativista -la «democracia orgánica»- que suplían y evitaban llamarlo Parlamento (liberal) al igual que los diputados eran «procuradores», el léxico se renueva y, ya en 1957, el nuevo gobierno (opusdeísta) habla de «completar el cuadro de las instituciones jurídicas y políticas propias del Estado de Derecho» (la cursiva es mía). La utilización de la idea del «Estado de Derecho» ya fue usada por los falangistas y hasta, a su manera, por el catolicismo político. El falangista y nazi y «cuñadísimo» de Franco, Ramón Serrano Súñer, hablaba de sustituir el inicial «Estado campamental» por el «Estado de Derecho» que superaría -clave de bóveda y desiderátum fascista- el caduco Estado liberal. Los católicos como Martín Artajo, igual o similar. Hoy, los «demócratas», se llenan la boca -regurgitándolo- con esa leyenda urbana, con esa muletilla. Vino nuevo en odres viejos. Puro lifting.

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