Al menos 61 personas fallecieron y más de un centenar resultaron heridas ayer en la colisión de dos trenes en el este de India debido, según informó un ministro del estado de Bengala Occidental, a una negligencia de la administración ferroviaria.

Hacia las dos de la madrugada hora local (22.30 del domingo en Euskal Herria), un tren expreso con dirección a Calcuta chocó con la parte trasera de otro convoy, que estaba parado en una estación del distrito de Birbhum, a unos 200 kilómetros al norte de la capital bengalí. El impacto fue tan violento que uno de los vagones traseros del tren que estaba estacionado fue proyectado en el aire y quedó empotrado en un puente sobre las vías.

«Esto no ha sido un acto de sabotaje. Se trata de un trágico accidente provocado por una negligencia de la administración ferroviaria», explicó a France Presse el ministro de Protección Civil de Bengala Occidental, Srikumar Mukherjee. Él mismo cifró en 61 los muertos y en 165 los heridos, de ellos 89 en estado grave.

Previamente, la ministra federal de Transportes Ferroviarios, Mamata Banerjee, había declarado a la prensa que el Gobierno indio estaba dispuesto a adoptar «todas las medidas necesarias para descubrir quién está detrás de esta catástrofe».

En mayo pasado, un tren de pasajeros que recorría la línea Calcuta-Mumbai descarriló y se empotró contra un mercancías, registrándose cerca de 150 fallecidos. Entonces, la Policía afirmó que partes de la vía habían sido deliberadamente eliminadas. Ayer, las autoridades descartaron que la guerrilla maoísta haya estado implicada en esta nueva tragedia.

Pánico absoluto

A media mañana, los equipos de salvamento, ayudados por una multitud que se congregó en los alrededores del lugar del accidente, proseguían sacando cuerpos sin vida o a pasajeros heridos en camillas.

Así explicaba una de las personas rescatadas a la cadena Times Now cómo vivió lo sucedido: «Estaba durmiendo sobre la litera superior cuando ha habido un enorme choque, como una explosión; he sido lanzado al aire; la gente ha comenzado a gritar. Era una situación de pánico absoluto».

Rajni Dhar, otra de las supervivientes, comentó que escuchó un enorme ruido antes de desvanecerse. «Cuando recuperé la consciencia, grité pidiendo ayuda y así me pudieron sacar del compartimento», añadió.

«Los pasajeros que resultaron muertos viajaban en los compartimentos sin reserva. No disponemos ni de sus nombres ni de otros datos esenciales para poder informar a sus allegados», explicó a AFP Sunil Banerjee, un responsable local del tráfico ferroviario.

La red ferroviaria gestionada por el Estado transporta 18,5 millones de personas cada día en India y anualmente se registran unos 300 accidentes. El peor se remonta a 1981, cuando un tren descarriló y cayó a un curso fluvial en el estado de Bihar (este), falleciendo 800 personas.