Una nueva fuga detectada a tres kilómetros del pozo averiado en el Golfo de México ha hecho saltar la alarma y el Gobierno de Estados Unidos pidió el domingo a la petrolera británica BP que vigile de cerca la situación y que esté preparada para una posible reapertura del pozo sellado el pasado lunes.Washington dio ayer una prórroga de 24 horas a la empresa británica antes de quitar el sellado.

La compañía sostiene que no está claro si la nueva fuga pertenece al pozo Macondo, averiado tras la explosión del pasado 20 de abril de la plataforma Deepwater Horizon, y alega que «este tipo de fugas son un fenómeno habitual en el Golfo».

Thad Allen, almirante retirado de la guardia costera y máximo responsable gubernamental de las labores de limpieza y contención del vertido, envió una carta al director general de BP, Bob Dudley, en la que exigía un procedimiento por escrito para la reapertura de la válvula de contención lo más rápidamente posible en caso de que se confirmase la filtración de hidrocarburos cerca de la boca del pozo.

Además, Allen señaló que es «primordial» que la compañía observe el suelo marino tras la fuga así como posibles «anomalías no determinadas».

La detección de la fuga podría confirmar la existencia de problemas en la campana colocada el pasado lunes por la compañía petrolera que en un principio había detenido por completo el escape del crudo.

La campana instalada la semana pasada sobre el pozo por el que fluye petróleo al mar actúa como un tapón sobre el orificio. La empresa realiza desde el mismo jueves pruebas de presión, ya que, como anunció el Gobierno estadounidense, en caso de que la estructura del pozo sea frágil, el petróleo podría fluir por otros puntos.