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MONTAÑA Tres cimas en el Broad Peak

La tercera aportación de Iñurrategi

La nueva vía abierta por el atxabaltarra, junto a Juan Vallejo y Zabalza, y el encadenamiento de las tres cimas, engrandecen su historial.

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Miren SÁENZ

La afición de los vascos por la montaña es incuestionable. Se visitan las cimas más cercanas y también las más lejanas. Desde Euskal Herria se ha viajado mucho rumbo a los catorce ochomiles del planeta, pero se ha aportado más bien poco al alpinismo internacional. Si alguien ha puesto su granito de arena, en este caso quizás habría que decir de hielo, ese ha sido Alberto Iñurrategi. Mirando atrás, el guipuzcoano ha estado presente en los momentos memorables, los que cautivan a los aficionados de las gestas de máxima dificultad y le sitúan en el panorama mundial.

El pasado fin de semana Iñurrategi, Juan Vallejo y Mikel Zabalza completaban en el Broad Peak (8.047 metros) un reto de envergadura, saldado con una nueva vía camino de la Cumbre Norte del gigante paquistaní (7.550 metros) y el encadenamiento de los tres picos por parte del guipuzcoano que culminó el domingo con el ascenso a la Cumbre Principal el trabajo del trío, demostrando una vez más su gran fortaleza física pero sobre todo psicológica.

La víspera, el sábado, los tres se habían metido una paliza descomunal. Sobrepasaron las 15 horas intentando sortear empinadísimas laderas entre una nieve que les llegaba hasta la cintura. A duras penas alcanzaron la Cumbre Central (8.013 metros) y unas horas después tanto el montañero alavés como el navarro, que reconocieron haberlo dado todo, tuvieron la inteligencia suficiente para no arriesgarse camino de la Principal, que sí ató Alberto.

El atxabaltarra afrontó los casi mil metros de desnivel entre el campo 3 (7.100 metros) y la Principal (8.047 m.) y sorteó la última de las tres fronteras dejando a sus compañeros con la boca abierta ante semejante demostración de resistencia.

Esa remontada, a pesar de tener el camino hecho puesto que siguió la huella abierta por otros montañeros en los mismos días, asombra hasta a sus propios colegas. Sólo dos expediciones antes se habían atrevido con el reto. Los polacos Kukuczka y Kurtyka en 1984 y once años después los japoneses Hattori, Kitamura y Todaka no completaron, sin embargo, el mismo recorrido. Y es que la expedición Naturgas Broad Peak'2010 ha tenido el premio extra con una vía inédita camino de la Norte.

Alberto ya había contribuido con otros ejercicios de máxima dificultad en las alturas extremas. En 1994, acompañado por su hermano Félix, Kike de Pablo, Juanito Oiarzabal y el catalán afincado en Nafarroa Juan Tomás abrieron parcialmente una vía que no se había completado en el temible K2 al elegir una arista por el espolón sur-sureste. El tramo había sido recorrido por Tomo Cessen, nombre por el que se conoce el espolón.

Hubo entonces tímidos intentos por llamarla la vía de los vascos, pero no prosperaron. A diferencia de las líneas abiertas en la escalada pura, donde se llevan los nombres curiosos, poéticos o simplemente vacilones, en los ochomiles se suelen recordar los trazados con la referencia de sus autores. Otro de los grandes logros de Alberto, y el más difundido se remonta al 2002, cuando se convirtió en el décimo hombre en completar los catorce ochomiles y el más joven no de cualquier forma sino firmando un ascenso al Annapurna que dio que hablar. Acompañado por el francés Jean Christophe Lafaille, completó la segunda ascensión de la arista este del Annapurna.

La primera la habían protagonizado en 1984 dos pesos pesados del himalayismo, los suizos Erhard Loretan y Norbert Joos, pero pese a los sucesivos intentos posteriores nadie logró repetir ese itinerario exigente por sus dificultades técnicas y su riesgo. Aquello le valió la nominación al Piolet de Oro, el galardón a la actividad alpina más destacada del año. No ganó, pero ningún otro vasco ha vuelto a ser nominado.

Junto con Vallejo, capaz de subir al Everest por la vertiente Norte y bajar en una sola jornada, y Zabalza, uno de los montañeros que más aperturas difíciles ha abierto en el Pirineo en la última década, aunque sólo sus amigos estén al corriente, forman el equipo más comprometido e innovador.

Los tres han demostrado la perseverancia necesaria para mantenerse en su sitio pese a regresar primero sin el Pilar Oeste del Makalu y después sin el corredor Hornbein del Everest. Consecuentes con su forma de entender la montaña, en estilo alpino se han apuntado un proyecto de envergadura prescindiendo de las cuerdas fijas, los porteadores, el oxígeno artificial y los campos estables de alturs. Sin un gramo de más, ni en sus cuerpos, ni en sus mochilas, han soportado la dureza y sus patrocinadores han sabido esperar hasta ver los resultados.

Los Vallejo, cada uno a su estilo

Los montañeros se han dado prisa en abandonar el campo base. Según comentaron desde el gabinete de prensa de Basque Team, ayer mismo, a eso de las siete de la mañana, abandonaron el lugar y comenzaron el descenso hacia el Valle Gondogoro, rumbo a Machulu a donde esperaban llegar en tres días.

Alguno, además, ha podido encontrarse con la familia como Juan Vallejo, puesto que su hermano Mikel pretendía ascender al Broad Peak por la ruta normal, la que lleva a esa Cumbre Principal cuyas visitas superan las 400 personas. Los hijos de Angel Vallejo Rosen, pionero en estos lares, han coincidido en el campo base del coloso paquistaní. Mikel compartía planes con Josu Bereziartua y José Carlos Tamayo.

rencia de sus autores. Otro de los grandes logros de Alberto, y el más difundido se remonta al 2002, cuando se convirtió en el décimo hombre en completar los catorce ochomiles y el más joven no de cualquier forma sino firmando un ascenso al Annapurna que dio que hablar. Acompañado por el francés Jean Christophe Lafaille, completó la segunda ascensión de la arista este del Annapurna.

La primera la habían protagonizado en 1984 dos pesos pesados del himalayismo, los suizos Erhard Loretan y Norbert Joos, pero pese a los sucesivos intentos posteriores nadie logró repetir ese itinerario exigente por sus dificultades técnicas y su riesgo. Aquello le valió la nominación al Piolet de Oro, el galardón a la actividad alpina más destacada del año. No ganó, pero ningún otro vasco ha vuelto a ser nominado.

Junto con Vallejo, capaz de subir al Everest por la vertiente Norte y bajar en una sola jornada, y Zabalza, uno de los montañeros que más aperturas difíciles ha abierto en el Pirineo en la última década, aunque sólo sus amigos estén al corriente, forman el equipo más comprometido e innovador.

Los tres han demostrado la perseverancia necesaria para mantenerse en su sitio pese a regresar primero sin el Pilar Oeste del Makalu y después sin el corredor Hornbein del Everest. Consecuentes con su forma de entender la montaña, en estilo alpino se han apuntado un proyecto de envergadura prescindiendo de las cuerdas fijas, los porteadores, el oxígeno artificial y los campos estables de altura. Sin un gramo de más, ni en sus cuerpos, ni en sus mochilas, han soportado la dureza y sus patrocinadores han sabido esperar hasta ver los resultados.

Los Vallejo, cada uno a su estilo

Los montañeros se han dado prisa en abandonar el campo base. Según comentaron desde el gabinete de prensa de Basque Team, ayer mismo, a eso de las siete de la mañana, abandonaron el lugar y comenzaron el descenso hacia el Valle Gondogoro, rumbo a Machulu a donde esperaban llegar en tres días.

Alguno, además, ha podido encontrarse con la familia como Juan Vallejo, puesto que su hermano Mikel pretendía ascender al Broad Peak por la ruta normal, la que lleva a esa Cumbre Principal cuyas visitas superan las 400 personas. Los hijos de Angel Vallejo Rosen, pionero en estos lares, han coincidido en el campo base del coloso paquistaní pero no en las formas. Mikel compartía planes con Josu Bereziartua y José Carlos Tamayo.

REGRESO

Desde el gabinete de prensa de Basque Team aseguraron que Iñurrategi, Vallejo y Zabalza habían salido del campo base ayer a las 7 de la mañana. Confían en llegar a Machulu en tres días.

Más vascos

El hermano de Juan Vallejo, Mikel, junto con los experimentados José Carlos Tamayo y Josu Bereziartua son otros de los vascos que se han citado en el Broad Peak. Compartieron campo base aunque no ruta.

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