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La UE tratará de forzar una posición común y mira de reojo a Serbia

Pese al contundente fallo del Tribunal de la Haya, tres de los cinco miembros de la UE que rechazaban reconocer a Kosovo -Estado español, Rumanía y Chipre- insisten. La UE, que asegura que está en juego su «credibilidad internacional», tratará el lunes de forzar una posición común. Paralelamente, ha advertido a Serbia de que no torpedee sus esfuerzos si no quiere ver bloqueado su proceso de integración.

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El Consejo de Exteriores de la UE, el lunes, tratará de forzar una posición común tras el dictamen de La Haya que ha avalado la independencia de Kosovo.

Cinco de los Veintisiete se han negado hasta la fecha a reconocer al nuevo estado europeo. Y tres de ellos insistieron ayer, pese al histórico fallo, en mantener su cerrazón.

El Gobierno español, por boca de su vicepresidenta primera y portavoz, María Teresa Fernández de la Vega, anunció ayer tras el Consejo de ministros que mantiene su posición. Adujo dos razones: «Una, por respeto a la resolución (1244) que compartimos del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y dos, atendiendo (...) a los acuerdos fronterizos y de diversidad étnica y cultural que pusieron fin a la guerra de Bosnia».

Todo ello pese a que el fallo del alto tribunal asegura explícitamente que la declaración de independencia de Kosovo «no contravino la resolución 1244 del Consejo de Seguridad».

De la Vega negó que la posición española responda a su pavor ante los nacionalismos vasco y catalán. «Pienso que es bastante irreal comparar España con los Balcanes», señaló.

Rumanía y Chipre

El Gobierno de Chipre aseguró que «toma nota» del dictamen, que «será estudiado exhaustivamente», pero insistió en que «reitera su posición inalterable de respeto a la soberanía e integridad territorial de Serbia, lo que incluye a la provincia (sic) de Kosovo». El Gobierno grecochipriota, que reclama la reunificación de la isla y la desaparición del ente turcochipriota -apoyado por Turquía-, también «toma nota de que el argumento utilizado por la CIJ diferencia la cuestión de Chipre de la de Kosovo».

Vecina de Serbia y también mayoritariamente ortodoxa, Rumanía muestra su «compromiso profundo y constante con el derecho internacional (...) y el respeto hacia la CIJ». Lo que no le impide «reafirmar su posición». Bucarest bucea en el contenido del dictamen y asegura que el tribunal se habría pronunciado únicamente sobre «la legalidad de la declaración de independencia y no sobre sus consecuencias jurídicas».

Grecia y Eslovaquia no habían reaccionado al fallo.

Retos y nervios

Esta posición de cerrazón se antoja difícil de sostener, más tras el dictamen de La Haya.

«Si la UE es incapaz de presentar una posición común sobre Kosovo, que forma parte de Europa y donde está tan implicada desde el punto de vista económico y político, con una misión Eulex que aspira a instaurar allí un Estado de derecho, la credibilidad de su política exterior común quedará en entredicho para el resto del mundo», advertía antes de hacerse público el fallo un diplomático comunitario.

La UE no sólo mira hacia sus díscolos internos. Vigila de cerca a Serbia, y presiona para que no lance una ofensiva diplomática que pueda precisamente entorpecer la búsqueda de esa posición común, con la amenaza de bloquear sine die su proceso de integración.

En Belgrado, analistas como Ivan Vejvoda, director del Balkan Trust for Democracy, advierte contra una posible nueva derrota serbia en la Asamblea de la ONU y le insta a negociar con la Unión Europea.

Belgrado anuncia una ofensiva diplomática para impedir más reconocimientos de Kosovo

El Gobierno serbio ultima una ofensiva diplomática para intentar mitigar que el dictamen del Tribunal de La Haya provoque una cascada de reconocimientos de la independencia de Kosovo.

El primer ministro, Mirko Cvetkovic, convocó ayer a media tarde una reunión extraordinaria del Gobierno para analizar el fallo del tribunal. «Vamos a lanzar una iniciativa diplomática para que Serbia esté lo mejor preparada posible para el debate [sobre Kosovo] en la Asamblea General de Naciones Unidas» en setiembre, indicó el primer ministro en declaraciones a la agencia oficial Tanjug.

El presidente serbio, el prooccidental Boris Tadic, aseguró la víspera, poco después de que se hiciera público el fallo, que Belgrado mandará enviados especiales a 55 países para exponer su punto de vista antes de la reunión de la ONU en Nueva York, en la que el Gobierno serbio espera presentar un proyecto de resolución contra la independencia de Kosovo.

«Muchos países estarán bajo presión para reconocer a Kosovo antes del voto de la Asamblea General de la ONU», señaló el líder prooccidental serbio. «Serbia hará todo lo posible para que la cifra de esos países [que den el salto al reconocimiento oficial] sea lo más pequeña posible y para que [el proyecto de] la resolución sea adoptada este otoño».

La prensa serbia se prodigaba ayer en titulares combativos que ensalzaban la determinación mostrada por su Gobierno. «La batalla de Kosovo sigue», titulaba el diario «Press». «Serbia no se rinde», coincidía el rotativo «Vecernje Novosti».

Por contra, el diario kosovar «Epoka e Re» sentenciaba que el dictamen del Tribunal de La Haya constituye un absoluto «Waterloo para [Boris] Tadic» y presagiaba nuevos reconocimientos. GARA

EEUU replica que el fallo no es aplicable a «ninguna otra situación»

El portavoz del Departamento de Estado de EEUU, Philip Crowley, rechazó que el dictamen del Tribunal de La Haya sea aplicable «a ninguna otra situación». Crowley respondió así a un periodista español sobre si el fallo del máximo órgano judicial de la ONU podría dar alas a independentismos como el vasco y el catalán.

Crowley aseguró que sus servicios jurídicos han redactado un informe que certificaría que no es aplicable a ningún otro caso

El ministro alemán de Exteriores, Guido Westerwelle, aseguró que «es una decisión única para una situación única en un contexto histórico único». GARA

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