Cientos de personas recibieron ayer con un sentido homenaje los restos mortales de Jon Anza en su llegada a Euskal Herria. Transcurridos quince meses desde que el militante donostiarra partiera en tren desde Baiona, y cuatro desde que su cuerpo sin vida fuese «descubierto» en la morgue del hospital Purpan de Toulouse, familiares, allegados y compañeros acompañaron al féretro que contenía los restos de Anza en su esperada repatriación. El tanatorio de Ziburu fue escenario del primer acto de reconocimiento y allí, un miembro de Jon Anza Kolektiboa responsabilizó a Michèle Alliot-Marie, Alfredo Pérez Rubalcaba, José Luis Rodríguez Zapatero y Nicolas Sarkozy de las circunstancias en las que se produjo la muerte del represaliado vasco.

Circunstancias que siguen sin aclararse mientras montañas de interrogantes sin respuesta ponen de manifiesto que la actuación de la justicia francesa no ha estado ni está a la altura de la dignidad y el coraje que ha demostrado la familia de Jon Anza a lo largo de quince interminables meses. Hoy, el frontón de Ziburu acogerá un acto en el que la izquierda abertzale llama a la sociedad vasca a mostrar, primero, su agradecimiento a la entrega de Anza, y, después, a exigir que la verdad salga de una vez por todas de la oscuridad en la que está enterrada.