La crisis municipal en Olazti aflora la controversia sobre la incineración
El coordinador de Aralar en Nafarroa, Txentxo Jiménez, acusó ayer a Batasuna de la dimisión «irrevocable» anunciada por el alcalde de Olazti y cuatro ediles, pertenecientes al grupo Olazti Bai. Por su parte, los tres concejales de la izquierda abertzale, Sakana Bizirik y la gazte asanblada no dudan de que tras estas dimisiones está el proyecto de Cementos Portland para incinerar residuos en su planta de Olazti.
Iñaki VIGOR |
La dimisión en bloque de los cinco ediles de Olazti Bai, incluido el alcalde, Rubén García, fue anunciada por ellos mismos el pasado jueves, si bien no se hará efectiva hasta el día 28, una vez que hayan pasado las fiestas patronales. Según aseguraron, el principal motivo de su renuncia es la «falta de convivencia» y añadieron que en vísperas de las fiestas se han encontrado «con una situación muy conflictiva: comida alternativa, división y malestar entre los vecinos».
«Nos sentimos incapaces de seguir adelante, estamos desilusionados, nos sentimos solos, atacados sin razón alguna, boicoteados por un sector con el cual hemos colaborado en todo lo que se ha podido, presionados por un sector que realiza acusaciones y afirmaciones con el único objetivo de dividir y manipular», indicaron.
García es el tercer alcalde que dimite en esta legislatura, después de Iñaki Mentxaka, que lo hizo en setiembre de 2009, y Epi Marin, dos meses después. Ahora, el Ayuntamiento quedará sólo con los tres ediles elegidos en la lista de EAE-ANV y el único del PSN. NaBai prevé que el Gobierno de Miguel Sanz nombrará una gestora.
Cruce de acusaciones
El coordinador de Aralar en Nafarroa, Txentxo Jiménez, acusó directamente a Batasuna de estas dimisiones y de llevar a cabo «un proceso de acoso y derribo con intimidaciones, amenazas y ataques personales».
En declaraciones a la agencia Efe, señaló que los integrantes de Olazti Bai son todos independientes y, aunque cuentan con «la solidaridad y la comprensión» de los socios de NaBai, «han considerado que no era soportable la situación».
Además, anunció que, dentro de los cauces de «diálogo permanente» que han decidido mantener Aralar, EA y la izquierda abertzale, en la próxima reunión que su partido mantenga con Batasuna se pondrá este asunto «encima de la mesa».
Esas acusaciones fueron respondidas ayer mismo por la izquierda abertzale de esta localidad, que calificó de «rotundamente falsas» las razones aducidas para dimitir. A su juicio, la cadena de dimisiones durante esta legislatura «responden a la falta de capacidad y a los problemas y disensiones internas» en Olazti Bai. «A las divisiones internas en torno a la incineración -explicó-, se han sumado la mala gestión en la preparación de las fiestas y el incumplimiento de compromisos con organismos populares».
También la plataforma Sakana Bizirik apunta al proyecto para incinerar residuos en Cementos Portland como origen de la crisis. «Esta cementera no sólo quiere pasar por encima de la voluntad de los olaztiarras y las ordenanzas municipales, sino que ejerce presión de forma sistemática sobre los trabajadores y el Ayuntamiento», afirma.
Por su parte, la gazte asanblada calificó de «ridículos e infantiles» los argumentos de Olazti Bai. «Nadie se cree que hayan dimitido por una comida alternativa a su zikiro-jatea. Todos sabemos que el motivo real no es otro que la presión generada por el conflicto creado por ellos al dar alas al proyecto de incineración de residuos en la planta de Portland, de la cual varios de ellos son trabajadores», matizó.
Cabe recordar que en 2006 se recogieron en Sakana 3.200 firmas contra la incineración, 750 de ellas en Olazti.
El presidente del PNV emplazó ayer a los militantes de este partido imputados por presunto cohecho y espionaje en Araba a que entreguen su carné de militante por entender que «es obvio que hay un daño a la imagen del PNV».
En declaraciones a la agencia Efe, Iñigo Urkullu aseguró que su partido «no tiene nada que ver» con estos casos de supuesta corrupción en los que están imputados varios dirigentes del PNV alavés, entre ellos el ex diputado foral Alfredo de Miguel o el ex miembro de la ejecutiva territorial Aitor Telleria.
Urkullu hizo el emplazamiento «desde el respeto a las personas y a la presunción de inocencia que les corresponde, pero al mismo tiempo haciendo una apelación a que hay un código ético y estético que hay que cuidar».
Tras indicar que ha esperado la respuesta por parte de las personas emplazadas y no ha tenido «respuesta satisfactoria», el presidente del PNV declaró que «no actuar con esa transparencia, con limpieza, significa situarse fuera del propio PNV».
«El PNV no quiere ser igual a otras formaciones políticas que estén soportando este tipo de circunstancias de procesos judiciales por casos de corrupción», añadió Urkullu. También explicó que los órganos internos del partido «no tienen capacidad de actuación de oficio» para abrir un expediente de expulsión, pero recordó que «cualquier afiliado» está facultado para presentar una denuncia ante el tribunal interno.
El presidente del EBB aseguró que no tenía conocimiento de que en el caso de presunto espionaje se hayan localizado documentos con datos de miembros de su partido de Bizkaia. GARA