El delantero malagueño Carlos Aranda fue sometido ayer a una resonancia magnética que confirmó que sufre un esguince de grado II en su tobillo izquierdo, que se produjo el jueves durante el entrenamiento vespertino. Por otro lado, el presidente Pachi Izco aseguró que el equipo «está conformado ya para poder competir» aunque «en el caso de que apareciera alguna opción interesante» estarían dispuestos «a hacer un esfuerzo». En cuanto a posibles salidas, dijo que «de momento no hay nada».