Momentos antes de las 12.00 de ayer, cuando se disponía a salir al balcón del Ayuntamiento de Lizarra para asistir al cohete, la concejala independentista Emma Ruiz fue interceptada por el jefe de la Policía Municipal, quien le arrebató una pequeña ikurriña que llevaba consigo. Ruiz le recordó que se trata de una bandera completamente legal y que nadie tiene por qué impedirle que la lleve consigo.

«Ésta es mi bandera, y el hecho de que no se coloque en el balcón del Ayuntamiento no significa que a mí me puedan impedir que lleve el símbolo que representa mis sentimientos y los de muchos vecinos de Lizarra», explicó la concejala independentista. Además, le preguntó si también le habrían tratado de ese modo si, en lugar de portar la ikurriña, hubiera llevado una bandera de Europa o de Estados Unidos.

Pero la respuesta del jefe de la Policía Municipal fue tajante: «Hay orden de que no la puedes sacar y no la vas a sacar. Punto pelota». La orden, al igual que ha ocurrido en años anteriores, había sido cursada por la alcaldesa de Lizarra, Begoña Ganuza, cuyo partido (UPN) pactó en su día con el PSN la denominada «ley de banderas» para prohibir que la enseña vasca ondee de forma oficial en los ayuntamientos.

Emma Ruiz argumentó que ella no llevaba la enseña vasca con carácter oficial ni la iba a colocar en el mástil del balcón del Ayuntamiento, pero no le sirvió de nada. «Utilizan argumentos de fuerza, no de razón; es como intentar discutir con una pared», comentó posteriormente, al tiempo que criticó la «mentalidad militar» de la alcaldesa por utilizar la Policía Municipal para perseguir a la ikurriña.

Una vez que la concejala María José Irigoyen (UPN) lanzó el cohete anunciador de las fiestas, el resto de los concejales fue desfilando por el balcón para disparar sucesivos cohetes. Cuando le tocó el turno a la edil independentista, sorprendió a las personas que se encontraban allí con el grito de «¡este cohete está dedicado sólo a los euskaldunes!». Debido al jolgorio que para entonces había en la calle, sus gritos no fueron escuchados por los numerosos vecinos que asistieron a este primer acto festivo, muchos de los cuales portaban ikurriñas.

«Estaba enfadada y me ha salido así -explicó más tarde Emma Ruiz-. En este Ayuntamiento están representadas diversas sensibilidades y nadie tiene derecho a impedir que yo lleve la bandera que representa una de esas sensibilidades».

Brindis con más participación

Una hora después del cohete, mientras la música y la fiesta se expandía por las calles de Lizarra, tuvo lugar junto a la Herriko Taberna un brindis en recuerdo de los represaliados políticos, que contó con mayor participación que en años anteriores.

El brindis, entre ikurriñas, fotos de presos y enseñas a favor de la repatriación, estuvo precedido por un aurresku dedicado a los familiares.