El presidente ruso, Dmitri Medvedev, autorizó ayer la movilización de las Fuerzas Armadas para luchar contra los incendios forestales que afectan al centro de Rusia desde mediados de junio y que se han saldado hasta ahora con la vida de al menos 29 personas y arrasado pueblos enteros.

«En lo que se refiere al empleo de las fuerzas del Ministerio de Defensa, lo autorizo. Que ayuden en lo que puedan». Así se pronunció el jefe del Estado en una conversación telefónica mantenida con su primer ministro, Vladimir Putin, que viajó a Nizhni Novgorod, una de las catorce regiones afectadas.

En esta última región, los incendios forestales han destruido ya más de 500 casas en cinco localidades y amenazan a otros seis pueblos, donde habitan más de 10.000 personas.

Otra de las regiones completamente devastadas por el fuego es la de Verjnyaya Vereya, donde los afectados recibirán una compensación de unos 3.300 dólares del presupuesto federal y otros 100.000 de las arcas regionales, según anunció el jefe del Gobierno, como parte de las medidas para hacer frente a la devastadora situación que está sufriendo Rusia.

Asimismo, el primer ministro anunció que la Fiscalía no dudará en investigar la responsabilidad de los funcionarios públicos por su actuación en las si- tuaciones de emergencia, ya que la población afectada ha denunciado tardía reacción de las autoridades locales.

Además, afirmó rotundamente que «sobre las autoridades regionales recae la responsabilidad en relación a las infraestructuras antiincendios en los bosques. Cualquier imprevisto puede tener consecuencias trágicas, y por ello, es inaceptable».

A principios de semana, Putin ya alertó a todas las autoridades regionales sobre la magnitud de los incendios provocados por la ola de calor, que han arrasado ya con más de medio millón de hectáreas de bosque.

El verano más caluroso

Rusia está sufriendo el verano más caluroso desde hace 130 años. En algunas zonas del centro y oeste del país se superado los 35 grados, lo que, junto a la sequía que sufre la región de Moscú, ha provocado la peor ola de incendios desde 1972.

Desde comienzos de esta temporada estival, se han producido en total cerca de 22.000 incendios y hasta el momento, más de 1.100 casas han quedado destruidas en el centro de Rusia, según anunció el ministro de Emergencias, Sergei Shoigu.

Miles de personas han tenido que ser evacuadas, incluidos los 900 pacientes de un hospital de la región de Voronezh y 1.200 niños de varios campamentos de verano.

Durante la noche del jueves al viernes cinco personas, entre ellas un bombero murieron, según la misma fuente gubernamental. Además, las llamas acabaron esa misma noche con la vida de dos mujeres en la región de Nizhny Nóvgorod, informó la Fiscalía General. En la región de Moscú, otro bombero falleció debido a una explosión originada por el fuego.