
Hiroshima, sin perd�n ni prop�sito de enmienda
Ayer se conmemor� el 65 aniversario del lanzamiento de la bomba at�mica en Hiroshima, la tristemente famosa Bomba-A que literalmente vaporiz� al instante a decenas de miles de japoneses, aniquil� toda una generaci�n y conmocion� al mundo. Fue un arma de un poder sin precedentes, que cambi� para siempre la concepci�n de la guerra y la pol�tica internacional. Los supervivientes recuerdan vivamente una luz blanca que ilumin� el cielo, seguido de la oscuridad total por la lluvia negra radioactiva. Y desde aquel fat�dico 6 de agosto de 1945 no han parado de luchar por mantener viva la memoria del ataque nuclear, conscientes de lo corta y pasajera que es la vida y lo mucho que hay que trabajar para que la memoria sea larga y f�rtil en sus ense�anzas.
Llam� la atenci�n la presencia oficial de una delegaci�n de los Estados Unidos en el acto, por primera vez en 65 a�os, y probablemente sea una se�al para una pr�xima visita de Obama en el contexto de su apuesta por la reducci�n de los arsenales nucleares estrat�gicos. Ciertamente Hiroshima tiene un enorme significado simb�lico para toda la Humanidad. Sin embargo esto no indica, en absoluto, que Estados Unidos vaya a pedir el perd�n oficial o retractarse de aquel ataque nuclear. Para ellos se trata de un acto de guerra m�s entre otros que de un genocidio a la altura de su propia crueldad. Una acci�n, segun su propia doctrina, en el marco de una II Guerra Mundial que cost� la vida a m�s de 55 millones de personas, y que ha eliminado las guerras de esa gran escala del mundo. El 6 de agosto de 1945 no comenz� ninguna era, ni hubo precedente alguno para la Humanidad. Por lo visto, s�lo cuenta el 11 de septiembre de 2001.
La �nica potencia nuclear que ha usado el arma nuclear se cree due�a de una responsabilidad moral para hacer y deshacer, para dar lecciones e imponer sanciones en pos, supuestamente, de un mundo libre de armas nucleares. As�, la desnuclearizaci�n total de la guerra va por mal camino.