OLASO
Objetivo
El primero fue el alcalde Azkuna el encargado de caldear el ambiente de cara a la Aste Nagusia bilbaina. Y no con espíritu festivo, sino para poner a las konparsas en el punto de mira de la persecución. Ahora el testigo lo recoge el consejero Ares que, de forma insólita, anuncia dónde y cuándo situará a sus policías «secretos». El objetivo de ambos es el mismo: cargarse estas fiestas.