El Ejército ruso y familiares de los 118 oficiales y marineros muertos en la tragedia del submarino nuclear «Kursk» recordaron ayer en diferentes puntos del país el décimo aniversario del naufragio, informó Efe.

El acto se celebró ante la indiferencia del Gobierno de Moscú, ya que ninguno de los dirigentes del país acudió a rendir homenaje a las víctimas del submarino que alguna vez fue considerado indestructible. «Por lo visto, ya no consideran una gran tragedia la muerte de los 118 tripulantes», se lamentó Sofía Dudkó, madre de uno de los marineros fallecidos.

En la base de la que zarpó el «Kursk» el 10 de agosto de 2000, oficiales y tripulantes de buques y submarinos guardaron un minuto de silencio. Asimismo, en la localidad de Kursk, que dio nombre al sumergible, se oficiaron misas y se depositaron ofrendas florales.

En San Petersburgo, de donde provenían 32 de los marineros muertos en el mar tras la explosión en la cámara de torpedos del submarino, también los familiares depositaron flores en honor a los tripulantes. En Severodvinsk, en cuyos astilleros fue construido el «Kursk», también se celebraron actos de tributo.

Diez años después de la tragedia del submarino, muchos de los familiares de las víctimas aún no se dan por satisfechos con las explicaciones oficiales y exigen que las autoridades asuman la responsabilidad de lo ocurrido.