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La Colonia Escolar de Sukarrieta, un lugar y una arquitectura sublime

Ayer hace 85 años, el 13 de agosto de 1925, se inauguró la Colonia Infantil de Nuestra Señora de Begoña en Pedernales, actual Sukarrieta. Un amplio recinto junto a la ría de Gernika y Mundaka.

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Iñaki URIARTE

Arquitecto

Además del edificio principal, la finca se compone de una escuela y residencia, otros complementarios, arbolado, jardines y granja; siendo un modelo sanitario educativo de excepcional interés en sintonía con las más progresistas referencias europeas de la época.

Iniciativa social de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad Municipal de Bilbao, actual BBK, proyectada por el prestigioso arquitecto vasco Ricardo de Bastida, cuyos excepcionales valores histórico, científico, social, sentimental, arquitectónico, urbanístico y paisajístico han sido ya relatados (GARA, 2010.02.17) .

Ahora, que por Resolución de 17 de mayo de 2010 Lakua ha incoado expediente para su inclusión en el Inventario General del Patrimonio Cultural Vasco con la categoría de Conjunto Monumental, es preciso recordar los lamentables acontecimientos relativos a la Colonia. Esta declaración supone la más rotunda descalificación pública y oficial de la diputada de Cultura de Bizkaia, la Sra. Josune Ariztondo. Sus manifestaciones denigrando el extraordinario conjunto patrimonial de la Colonia siguiendo las órdenes del diputado general José Luis Bilbao, instigador de este turbio proceso de rendición a la Guggenheim Foundation, pretendiendo construir una sucursal en Urdaibai, ha sido inútil. Persona sin ningún antecedente cultural, solamente actos de representación, inauguraciones, ópera y deporte. Los máximos dirigentes del PNV, con gran responsabilidad de gobierno desde la dictadura, se han ratificado reiteradamente como el partido político, que proclamándose nacionalista, es el más destructivo con su patrimonio cultural existente en la Europa democrática en tiempos de paz.

Si la Diputación tuviese una mínima dignidad estaría avergonzada por tener que buscar a alguien capaz de denigrar la propia cultura y justificar la deseada demolición del patrimonio del territorio. Su despectivo y destructivo discurso contra la Colonia necesitaba un pretendido respaldo cultural basándose en un infame informe comprado a un arquitecto que no fuese vasco, capaz de redactarlo manipulando la realidad: Josep Mª Montaner i Martorell, catedrático de Composición Arquitectónica en la Escola d´Arquitectura de Barcelona.

Cuando recibió este bastardo encargo debía haberse interrogado bastantes cosas. ¿Cuál es el objeto del informe en este momento? ¿Por qué desde otra cultura me solicitan? ¿Qué opinan mis colegas vascos? ¿Qué se ha escrito del edificio y su entorno? ¿Qué se pretende hacer? Y después de meditar estas circunstancias que ya presuponían una intencionalidad sospechosa y, quizá, por propia autoestima rechazar esta proposición indecente que le hacía la diputada de Cultura para justificar su anhelo de destruir toda la Colonia e instalar otro Guantánamo museístico.

Con su frívola y cegada percepción ha mirado pero no ha querido ver y ha preferido redactar guiado por la orden recibida y un cinismo inadmisible. Quienes lo hemos analizado detenidamente conociendo la realidad, hemos quedado indignados por el agravio; nadie mínimamente formado es capaz de ignorar la contribución de esta magistral arquitectura a la belleza del lugar. Sin entrar a rebatir puntualmente todos sus desafortunados argumentos, objeto de otro debate, ha profanado la figura trascendental de Bastida y ofendido a la cultura vasca en su expresión arquitectónica. El daño cultural causado hasta que la Colonia ha sido reconocida como un Bien Cultural es inmenso, grave y esta agresión no puede perdonarse aunque pueda parecer exagerada.

Acatando la orden del mandante, el informe revela la deplorable actitud de una persona atrapada por el estímulo de una excelente recompensa de dinero público -¿12.000 euros?-, a cambio de denigrar voluntariamente una arquitectura intrínsecamente útil, muy apreciada, bien conservada y bella, tergiversando la evidente realidad. Es una gravísima colección de errores y engaños que transita entre el desconocimiento, la malicia y el ridículo pretendiendo ser un epitafio cultural de la Colonia, es una blasfemia arquitectónica.

Se ha lucrado redactando un texto servil, mal intencionado que evidencia una corrupción conceptual, estafa cultural, prevaricación intelectual y un fraude profesional. Tan descarado y forzosamente falso, pierde todo rigor, sólo puede interesar a personas indocumentadas, como las que le han contratado. Es previsible que quienes hayan leído su dictamen en la Diputación hayan concluido: «Éste -por Montaner-, nos ha entendido perfectamente, aunque nosotros no a él; pero no importa pues para eso le hemos bien pagado, para que nos engañe, que es lo que queríamos».

Ha perdido toda la credibilidad que se pueda conceder a un catedrático mostrando el lado más mercantil del oficio, por lo que es muy preocupante la validez de su dedicación a la docencia. ¿Qué clase de valores por la arquitectura vernácula, que es un patrimonio entrañable para un pueblo, puede transmitir a sus alumnos con esa ausencia de sensibilidad? Pero la declaración de la Colonia como Bien Cultural con el rango de Conjunto Monumental deja a Montaner en el más espantoso ridículo, por su testimonio escrito, de todos los que han intervenido en este negocio inmobiliario. Si estima la mínima dignidad profesional, ética personal y respeto a la cultura, debería reconocer que se ha equivocado en esta aventura a la que acudió cegado y devolver los honorarios.

Ante la total e incomprensible falta de reacción del colectivo de arquitectos vascos, la familia de Bastida y el ámbito de la cultura, por la dignidad del patrimonio de Euskal Herria es necesario, una vez más, actuar denunciando la especulativa y camuflada operación.

Como contribuyentes, además de ser maltratados con este despilfarro, deberíamos constituir una acusación popular por malversación de dinero público para una acción de protagonismo electoral. Han sido 342.632 euros gastados inútilmente en informes. La sociedad vizcaina espera que tras su estrepitoso fracaso la Sra. Ariztondo por dignidad cultural y colectiva dimita inmediatamente.

A pesar de todo y de todos, la Colonia Infantil de Nuestra Señora de Begoña, después del mayor intento de agresión sufrido en estos 85 años, permanecerá además de por su singular edificación y encuadre paisajístico, como la metáfora arquitectónica de la Reserva de Urdaibai.

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