La denuncia de la Coordinadora de la Sociedad Civil del Norte de Marruecos de que policías españoles mantienen una actitud racista con quienes intentan entrar en la ciudad rifeña de Melilla desde el lado marroquí de la frontera ha provocado una ola de españolismo.

Así, el vicesecretario de Comunicación, Esteban González Pons, acudió ayer a Melilla y declaró que la situación en la frontera con Marruecos es de «máxima tensión». Además, criticó que el ministro español del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, no visite la ciudad rifeña antes de entrevistar el día 23 en Rabat con su homólogo marroquí.

Sindicatos policiales como el SUP han criticado que el Gobierno español no haya defendido a las mujeres policías objeto de las críticas de los grupos marroquíes, apuntando especialmente a la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, quien ayer rechazó. las fotografías de las agentes españolas colocadas en la frontera de Beni Ansar.

Formaciones como UPyD se han sumado al carro acusando al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero de no defender suficientemente «la españolidad de Melilla» ante los ataques de Rabat.

El PSOE respondió al PP acusándole de «agitar, echar leña al fuego y enredar» y recomendando a González Pons que en vez de visitar Melilla acuda a los lugares en los que se han registrado denuncias de corrupción por cargos públicos la formación derechista.

Aunque las incidentes protagonizados por los agentes españoles en Melilla son habituales, analistas apuntan a que el rey marroquí, Mohammed VI, suele organizar campañas nacionalistas en verano, como la toma de Perejil-Leila en 2002.