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La Policía ni acudió al lugar mientras un hombre apedreaba el autobús de Etxerat

Una persona que regenta un establecimiento justo al lado donde se encontraba estacionado el autobús de familiares de presos políticos vascos, en una calle de Puerto de Santa María, llamó a la Policía para denunciar el ataque mientras un hombre lo llevaba a cabo. Pero la Policía española no acudió entonces, ni después, cuando fueron alertados de nuevo. Etxerat denuncia que estos sabotajes también son consecuencia de la «criminal política penitenciaria».
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Tal y como se adelantó en la edición de ayer, el autobús de familiares de presos políticos vascos que cada fin de semana acude a distintas prisiones de Andalucía fue apedreado a plena luz del día. Etxerat informó ayer de que el ataque se produjo mientras los familiares se encontraban realizando las respectivas visitas y los conductores del autocar descansaban en un hotel de Puerto de Santa María.

La Policía española fue informada del sabotaje antes incluso de que los propios familiares o los conductores supiesen del ataque y mientras un hombre, a las 17.00, seguía lanzando piedras contra la luna delantera del autobús. Al menos se aprecian un total de siete impactos.

Por la política penitenciaria

Aunque la Policía española fue informada del ataque por una persona que regenta un establecimiento justo al lado donde estaba estacionado el vehículo, ni apareció. Ni entonces ni después, cuando fueron de nuevo los conductores del autocar quienes realizaron una segunda llamada telefónica. Tuvieron que acudir hasta el cuartel policial para interponer una denuncia que, según criticó Etxerat, tramitaron sin mostrar interés alguno en el tema.

A las 19.30, y con evidentes problemas de visibilidad, los 39 familiares de presos políticos vascos que acudieron a las prisiones de Puerto, Algeciras, Huelva y Sevilla cogieron de nuevo rumbo a Euskal Herria. Algunos de ellos, como los de Huelva, sin haber podido llevar a cabo los respectivos vis a vis, de nuevo a consecuencia de los cacheos humillantes que quisieron imponerles. Llevan ya diez meses padeciendo la misma impisición arbitraria.

Por su parte, la asociación de familiares y represaliados políticos vascos Etxerat denunció con dureza el ataque producido contra el autobús en Puerto de Santa María, y aún de forma más rotunda la impunidad con la que se repiten ataques de esta índole contra los familiares. «Esta es otra consecuencia de la criminal política penitenciaria que padecen nuestros familiares y nosotros. No es la primera vez que sufrimos ataques así. El año pasado, el mismo autobús fue atacado con pintura y pinchadas las ruedas, se producen robos en los coches estacionados en las cárceles, o cuando apareció un grupo de encapuchados merodeando en furgonetas que acuden a las visitas, y un etcétera muy largo».

Etxerat emplazó a la sociedad a movilizarse y a denunciar la política carcelaria. Por su parte, ayer fueron 50 los movilizados en Altsasu en defensa de los derechos de los presos políticos.

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