La palabra más utilizada en titulares y cometarios de urgencia es “paso”. Un paso más. El paso requerido. Si pensáramos cómo andamos, nos bloquearíamos y caeríamos al suelo. Por lo tanto, siempre hay un primer paso, y después viene otro. Y así, a pasos largos, a zancadas, a pasos lentos, de tortuga, a cámara lenta, con paradas para tomar aliento, en línea recta, en zig zag, sin pisar las rayas de las baldosas, esquivando los charcos, es como se hace el camino. A pasos.

La BBC lo retransmitió inmediatamente por todos sus informativos. Globalmente. Las ediciones digitales de todos los periódicos colocaron la noticia, el vídeo, la traducción, casi de inmediato. Junto a la información, las primeras impresiones, declaraciones de gobernantes, políticos en pantalón corto, con melenas al viento, y nos falta el hombre trampa o la trampa con caspa. Van a colocar piedras, cantos rodados perfilados, rocas, en todos los caminos. El paso, de momento, se toma con precaución y se analiza con sordina, pero lo importante es que ya está dado, y ahora hay que caminar acompañados de lobos, con alimañas, atravesar túneles, subir montes sin oxígeno, ladear pantanos, nadar y guardar la ropa.

Las reacciones irán llegando. Ahora se analiza la caligrafía, después vendrá el estilo, se pasará el corrector ortográfico, al final se leerá entrelíneas y por fin se sacarán las conclusiones, algunas de las cuales, de plantilla e interesadas, ya venían en el guión anterior por lo que no sirve para mucho. Deberán escribir o recomponer un nuevo decálogo. Las hojas de rutas y las bitácoras van a ser una aplicación encriptada de iphone. Por lo tanto, yo me voy a marcar unos pasos de samba e inmediatamente nos pondremos manos a la obra. Porque los próximos pasos los tenemos que dar entre todos, ahora nos toca, como siempre, pero de manera más comprometida protagonizar el proceso, hacer el camino, desmontar las auténticas trampas que han colocado los que sienten tras este paso, el aliento de un pueblo que paso a paso va a ir conquistando las cuotas democráticas que le permita decidir por sí mismo. Y eso les da mucho miedo e intentarán seguir haciendo trampas. No les dejaremos.