Empresas europeas amenazan a sus trabajadores para que no se organicen en Estados unidos
Grandes compañías europeas llevan a cabo «agresivas campañas» contra sus trabajadores en Estados Unidos para evitar su organización. Según revela Human Rights Watch, los trabajadores son amenazados, incluso despedidos, para evitar que formen sindicatos.
Amaia ZURUTUZA I
Muchas compañías europeas que públicamente aceptan e, incluso, promueven los derechos de los trabajadores bajo los estándares globales del trabajo vulneran esos derechos en sus empresas ubicadas en Estados Unidos. Así lo ha denunciado la organización no gubernamental de carácter internacional y dedicada a la protección de los derechos humanos Human Rights Watch (HRW) en un informe publicado el pasado jueves bajo el título «Un caso extraño: Violaciones a la libertad de asociación de los trabajadores en Estados Unidos por parte de las multinacionales europeas». En el informe de 130 páginas, Human Rights detalla cómo algunas compañías de Europa con empresas en todo el mundo llevan a cabo agresivas campañas para evitar que sus trabajadores en EEUU puedan organizarse y negociar con la gerencia, violando de esta forma los estándares internacionales.
Entre las compañías citadas en el informe destacan: en Alemania, T-Mobile USA, del grupo de telecomunicaciones Deutsche Telekom, y DHL, la compañía de envíos postales de Deutche Post; en Gran Bretaña, Fresh & Easy Neighborhood Markets, de Tesco, y el proveedor de soluciones de seguridad G4S Wachenhut; en el Estado francés, el proveedor de servicios de comida Sodexo y la compañía de equipos industriales Saint-Gobain; en Noruega, el fabricante de autopartes Konsberg Automotive, y en Holanda, la compañía textil Gamma Holding.
Hablar de derechos, peligroso
Entre las violaciones documentadas figuran ejemplos de compañías que obligaron a sus trabajadores a asistir a «reuniones cautivas» donde debían escuchar discursos antisindicales, que prohibían los esfuerzos a favor de la organización de los empleados y que amenazaban con estrictas represalias si los trabajadores formaban un sindicato. Entre estas consecuencias destacan medidas como reemplazar permanentemente a los trabajadores que ejercieran su derecho a declararse en huelga, espiar a los organizadores sindicales o incluso despedir a los empleados que apoyaran los esfuerzos de organización en las compañías.
Más detalladamente, y según las investigación de HRW, la empresa T-Mobile afirmó que los empleados «que hablaban sobre derechos» estaban involucrados en una actividad peligrosa y que debían ser inmediatamente denunciados ante la gerencia. Por su parte, DHL amenazó y discriminó a empleados que trataron de organizarse en un sindicato, mientras que la dirección de Tesco trató de silenciar la comunicación interna de los empleados sobre sindicatos. Asimismo, Sodexo amenazó, interrogó y despidió a trabajadores que intentaron formar un sindicato, y Gamma Holding contrató a trabajadores para que ocuparan los cargos de otros que estaban en huelga.
El informe está basado en 30 entrevistas con trabajadores, el testimonio de empleados durante procesos legales, fallos judiciales y decisiones de las autoridades de derecho laboral de EEUU, documentos de las compañías y en correspondencia por escrito con la gerencia de las empresas.
«Estados Unidos debe cerrar las brechas en las leyes gravemente ineficaces a la hora de proteger a los trabajadores, incluyendo reformas contempladas en la Ley de Libre Elección del Trabajador», ha señalado el director del Programa de Negocios y Derechos Humanos de HRW, Arvind Ganesan. «El sistema del derecho laboral en EEUU se caracteriza por sus prolongados retrasos, débiles penalizaciones y por favorecer el acceso de los empleadores a los trabajadores en el lugar de trabajo». Asimismo, ha instado a las oficinas matrices europeas de dichas compañías a que supervisen más estrictamente las prácticas de sus gerentes estadounidenses, ha reclamado la incorporación de mecanismos de denuncia por parte de organizaciones internacionales como la Organiza- ción Internacional del Trabajo (OIT), además de iniciativas más firmes por parte de los gobiernos europeos y la Unión Europea para exigir que las compañías europeas cumplan los estándares internacionales.