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Bandera de la Concha

Sólo una marejada podría alejar la bandera de Bizkaia

Kaiku aventajó en un segundo y medio a Urdaibai, quien acortó distancias en la vuelta. San Juan, a 9 segundos, sigue vivo gracias a una gran regata, mientras que Orio se queda casi sin opciones. Todos pendientes del estado de la mar.

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Ander GARTZIA I

Media trainera de distancia es lo que al final le sacó el vencedor de la regata al vencedor moral, segundo y medio de ventaja con el que cuenta Kaiku en su defensa por el título respecto a Urdaibai. Los verdinegros fueron un vendaval en el primer largo, arrollando a todo rival que osó poner en entredicho su supremacía, aunque el golpe devuelto por el líder de la liga en el trabajo de vuelta deja todo en el aire. Eso sí, el cambio de viento tuvo algo que ver en todo esto.

Los txos contaban con una desventaja de siete segundos nada más pasar la isla, casi los mismos que recuperó en el mismo tramo durante la vuelta. En todo caso, la diferencia final en meta fue exigua, pero «siempre viene mejor tenerla a favor que en contra», como no se cansaba de repetir un José Luis Korta visiblemente nervioso en los aledaños del puerto donostiarra.

Y es que tras la disputa de la primera jornada las espadas siguen en lo más alto, aunque todo hace presagiar que la anhelada bandera tomará rumbo a Bizkaia. Los guipuzcoanos se aferran a que el oleaje haga acto de presencia el próximo domingo y que el espectáculo tome dimensiones mayúsculas; San Juan, tercero en meta, cedió casi diez segundos respecto a los sestaotarras, quienes sufrieron lo indecible ante la constancia y persecución de los pasaitarras, mientras que Orio, el gran damnificado de la jornada, deberá recurrir a la épica para ensanchar aun más su historia. Los aguiluchos naufragaron nada más verse descolgados de la lucha por la victoria, aunque el color amarillo estará presente en la tanda de honor después de otra gran remontada de los de Joxean Olaskoaga.

Calma blanca

Donostia amaneció preciosa, engalanada con las banderas de los respectivos equipos, y la verdad es que le sentó de maravilla un colorido mucho más rosado que los últimos años, aunque se añoró, y mucho, el color de la «Libia» y de la «La Marinera». Todo ello con el mar como un plato, lo que vaticinaba un duelo encarnizado entre los botes de mayor potencia. Kaiku y Urdaibai hicieron gala una vez más de toda su maquinaria y, a pesar de que bogaron en diferentes tandas, siguieron la misma pauta para no verse sorprendidos: inicio fulgurante e ir abriendo brecha poco a poco.

El primero en atacar y despejar cualquier duda fue Kaiku. Y lo hizo de un plumazo. Los hombres de José Luis Korta sabían lo peligroso que podría resultar lidiar con un San Juan que venía con la moral por las nubes tras la contrarreloj del jueves pasado y arrancaron con el objetivo claro de cortarle las alas cuanto antes a la «Erreka». Los patroneados por Asier Zurinaga salieron con todo desde la txanpa inicial y no tardaron en tomar la proa. No habían transcurrido ni tres minutos de regata cuando la «Bizkaitarra» ya enseñaba su popa a Donostiarra, calle uno; San Juan, calle dos; y Astillero, calle cuatro.

Los galácticos cumplieron con el guión y tras atesorar una renta superior a un bote, metieron el plato grande. A 36 paladas fijas, alteradas únicamente en las txanpas a la entrada de baliza y meta, lograron engranar perfectamente las paladas con el motor de la «Bizkaitarra» y forjaron una remada que les sirvió para ir metiendo sistemáticamente tiempo a los rivales. Como era previsible, Donostiarra se quedaba atrás a las primeras de cambio, mientras que la atención se centraba en la lucha por la segunda plaza, donde San Juan parecía desinflarse ante el empuje de los cántabros.

Sin embargo, la ciaboga sirvió a los pasaitarras para tomar un respiro y darse cuenta de que su guerra no era la de marcar de cerca a Kaiku. Los de Igor Makazaga fueron poco a poco recuperándose del esfuerzo inicial y la desventaja sobre la «Bizkaitarra» se estableció hasta tal punto que daba la sensación de que los vizcainos sufrían ante la resistencia pasaitarra. La «Erreka» volvía abrir hueco con la «San José XIV» y firmó un largo de vuelta sensacional, acabando la prueba a 9 segundos del vencedor, diferencia que todavía les mantiene vivos en la pelea.

La segunda tanda arrancó con la misma tónica, Urdaibai ejerciendo de claro dominador y con Orio y Pedreña enfrascados en su lucha por la segunda posición, lo que hizo rememorar aquel toque de palas del año 2005, el que descalificó a la escuadra cántabra y llevó el éxtasis a Hondarribia. Los bermeotarras se apresuraron en tomar la delantera pero algo no cuadraba en las cuentas de José Manuel Francisco: a pesar del inicio aplastante de los vizcainos, el GPS marcaba 7 segundos favorables a Kaiku. El viento había cambiado de dirección.

La «Bou Bizkaia» comandaba sin apuros la tanda, mientras que los aguiluchos eran incapaces de mantener el pulso anclados en la calle cuatro. El patrón Asier Arego, sabedor de que la entrada beneficiaría a su trainera, arengó a los suyos para un último giro de tuerca y la cuadrilla vizcaina entró como una bala rozando el tiempo de los sestaotarras. Orio, finalmente, logró zafarse de Pedreña y gracias a una gran última txanpa estará en la tanda de honor.

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